Tractores mantienen las carreteras calientes ante una semana “clave” en la negociación

Los tractores mantuvieron ayer sus marchas en las carreteras ante una semana que los agricultores y ganaderos definieron como “clave” para el avance de las negociaciones con las administraciones. De hecho, hay payeses que defienden una movilización contínua hasta conseguir una solución para la crisis que atraviesa el sector ante problemas como por ejemplo la elevada burocracia o unos costes disparados.

Durante la tarde de ayer hubo cortes de carreteras y marchas lentas en el Urgell, la Noguera, el Solsonès y el Pallars Jussà. En la primera comarca decenas de tractores colapsaron la C-53 entre Anglesola y Tornabous. La marcha empezó a las 17.00 horas y al cabo de unos 40 minutos los manifestantes ya ocupaban los dos sentidos de la vía entre los tractores que llegaban a Tornabous y los que volvían hacia Anglesola. Por su parte, agricultores de Artesa de Segre marcharon hacia Agramunt y cortaron la C-14 en el cruce de Montfalcó. En la capital del Sió también cerraron la L-303. 

En el Jussà hubo protestas en la C-13 y en el Solsonès se centraron en la C-55. Las protestas coincidieron con la operación retorno del fin de semana, por lo que causaron retenciones. El viernes también cerraron carreteras de acceso al Pirineo. 

Para hoy se han programado cortes en la A-2 en Alcarràs, la A-22 en Almacelles y la N-240 en Torregrossa. También están previstas movilizaciones en La Portella, en la C-14 en Nalec y en la C-53 en Anglesola. Mientras, Unió de Pagesos ha convocado en Catalunya una movilización para mañana y el día 21 llevará las protestas a Madrid. 

En otro orden, ayer a última hora de la tarde se constituyó en Castelldans la Plataforma Pagesa, que surge de la Plataforma 6F que lideró las protestas del martes de la semana pasada. Algunos asistentes a la reunión mostraron su malestar con los sindicatos agrarios.

Por otra parte, el Col·legi Oficial de Gestors Administratius de Catalunya (COGAC) considera que los agricultores están sometidos a una normativa “muy estricta” que perjudica el margen de beneficio. Los gestores han constatado un control “excesivo” en torno a la trazabilidad del producto, la obligatoriedad de una formación contínua y también subrayan la dificultad para tramitar subvenciones.