ESTAMARIU
Compran la antigua casa de Lluís Racionero en Estamariu y habilitan una sala de cine
Tres nuevos vecinos adquieren la vivienda del escritor e invitan a otros residentes del pueblo a sesiones de consumo doméstico
Una de las alas de la casa se ha adecuado además como apartamento rural
Una pareja de profesionales del mundo del audiovisual de Barcelona que se ha establecido en Estamariu ha habilitado una sala de cine doméstico en la casa que el escritor y urbanista de La Seu d’Ur-gell Lluís Racionero tenía en este pequeño pueblo del Alt Urgell, donde pasaba largas temporadas. El espacio, que no es comercial, da un valor añadido al pueblo, que tiene apenas 130 vecinos. La iniciativa es de Àngels González y Joan Gil, instalados en este pequeño pueblo del Alt Urgell desde hace poco más de un año, después de la pandemia.
Tras una temporada en alquiler, se enamoraron de la emblemática casa, construida en 1970 y que había servido de espacio de meditación y creación del ya difunto Racionero. La bautizaron como Cal David, en honor a una estatua del David de Verrocchio (reproducción exacta de la obra original que se conserva en Florencia), que encontraron en el interior y que ahora preside la fachada principal del patio interior. Racionero era un apasionado del Renacimiento y los expertos aseguran que el modelo que utilizó Verrocchio para modelar su David pudo ser el propio Leonardo da Vinci. El sonido de la sala de cine, con capacidad para 15 espectadores, es inmejorable. La inauguraron hace algunos meses y los vecinos, a través del grupo de whatsapp del pueblo, pueden hacer propuestas. Bohemian Rhapsody, Wonka, o James Bond, que fue la última que han visto. Próximamente harán sesiones de películas de los años 80 y clásicos del cine. “Nuestra voluntad es invitar a los vecinos, porque es nuestra casa, y queremos que sirva para dar valor y dinamizar un poco más, si cabe, el pueblo”, explica González.
“Invitamos a los vecinos porque es nuestra casa y queremos dar valor y dinamizar el pueblo”
Los impulsores tienen claro que “no hemos llegado para hacer negocio”. Se trata de un cine de uso doméstico para el que no cobran entrada. Disponen de una pantalla, un proyector y un sistema de sonido Dolby 5.1. Las características de la sala, que había servido de biblioteca de Racionero, son inmejorables, cuenta la pareja. Las paredes gruesas de piedra y la madera del espacio propician un sonido envolvente y hacen que la experiencia cinematográfica de los que asisten no los deje indiferentes. A la sala no le falta el más mínimo detalle. En la entrada del espacio audiovisual han instalado una máquina de palomitas y todo aquel que llega para ver una sesión se lleva su dosis de aperitivo salado. La sala no deja de ser un museo. También muestra una máquina original del millón, de cuatro jugadores (muy poco habitual), del año 1970. Fue construída en España y explotada en Alemania.Àngels González, junto a Montse Rico, profesional de la radio, han adecuado además una de las alas de la antigua casa del escritor y también urbanista como apartamento rural. De hecho, el cine es un servicio más que ofrecen a los inquilinos. “El cine es nuestra profesión y nuestra pasión y por ello invitamos a nuestros huéspedes y a nuestros vecinos a la sala de cine”, cuenta. El apartamento, con capacidad para un máximo de 4 personas, cuenta con todos los detalles para “una escapada de cine”, explican. La decoración es fruto de todos los años de profesión de sus responsables.