EL COGUL
A Dios rogando por la lluvia en El Cogul
Rememora el centenario de la procesión con la que Les Garrigues clamaba por acabar con siete años de sequía
Más de 300 personas vuelven a seguir en comitiva la figura del Sant Crist
Dicen que la historia es cíclica y ayer El Cogul fue un buen ejemplo con una procesión que reunió a más de 300 personas, fundamentalmente de la comarca. Conmemoraban el centenario de otra comitiva, cuando también toda la comarca caminó detrás del Sant Crist para pedir acabar con siete años de sequía. Entonces, según cuenta al menos la tradición, antes de acabar el recorrido comenzaron a caer las primeras gotas. No ocurrió lo mismo ayer, cuando un sol más típico de bien entrada la primavera reinó durante todo el recorrido. Hoy la sequía también es protagonista en toda Catalunya, mientras en El Cogul más de un participante en la marcha recordaba que la suya es tierra de secano y, desgraciadamente, saben mucho de lo que significa la falta de agua. La procesión contó con la música de la coral de L’Olivera de Castelldans y cantaires de L’Albagés y atrajo a personas que hacía décadas que se habían mudado de El Cogul, pero que ayer no quisieron faltar a la cita con el Sant Crist, que un relato popular afirma que está hecho con la madera del mismo árbol que las figuras del Sant Crist de Gràcia de La Granadella y el Sant Crist de Balaguer.
El obispo de Lleida, Salvador Giménez, no quiso perderse el inicio del acto y afirmó que “los creyentes estamos en la obligación de pedir por el agua, la paz o las enfermedades”. En ese momento, representantes de diferentes localidades de la comarca adornaron con cintas con su nombre la cruz para dar comienzo a un recorrido por el pueblo. El ambiente de la marcha combinaba el recogimiento religioso y la fiesta de reunirse cientos de personas con un mismo objetivo hasta que llegaron a la zona conocida popularmente como la punta del poble. El rector de la parroquia, José Jesús Gómez Ospina, se dirigió al público diciendo que “una rogativa no es una curiosidad, ni folclore ni superstición”. Recordó que los creyentes están seguros de que “Dios nos escucha” y pidió que “haga caer la lluvia sobre buenos y malos (...) que caiga el cielo sobre la tierra árida”. Unas palabras con las que se reemprendió la marcha para devolver el Sant Crist a la iglesia.