SEGRE

LLEIDA

Más de la mitad de las fincas que riegan del Segarra-Garrigues están arrendadas

Seis de cada diez agricultores no son propietarios de las parcelas que cultivan

El canal principal del Segarra-Garrigues a l’altura de Concabella, als Plans de Sió, a la Segarra.

El canal principal del Segarra-Garrigues a la altura de Concabella, en Els Plans de Sió, la Segarra. - AMADO FORROLLA

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Seis de cada 10 agricultores que cultivan fincas en el Segarra-Garrigues lo hacen en régimen de alquiler. Sucede principalmente por dos motivos: la presencia de grandes empresas que explotan cientos de hectáreas y por la necesidad de los pequeños agricultores de obtener rentabilidad con una mayor superficie cultivada.

Más de la mitad de las hectáreas actualmente en regadío en la zona de influencia del Segarra-Garrigues, así como de los agricultores o empresas que explotan las fincas, lo hacen en régimen de alquiler. La empresa que construye y gestiona la red secundaria del canal, Aigües Segarra-Garrigues, tiene suscritos 2.100 contratos para el riego de 12.762 hectáreas, de las cuales 7.205 (un 56%) están alquiladas, mientras que las otras 5.557 las gestionan los mismos propietarios. En la misma línea, son un total de 1.241 arredatarios (seis de cada diez) y 859 propietarios (un 40% del total).

Los motivos que explican esta radiografía son varios: por una parte, el tamaño de las parcelas, de pequeñas dimensiones en comparación por ejemplo con el campo aragonés, ya que la legislación catalana no obliga a agrupar las fincas cuando se efectúa una concentración parcelaria, según el presidente de los regantes del Segarra-Garrigues, Josep Maria Jové. Esto empuja al empresario agricultor a alquilar fincas vecinas para asegurar la rentabilidad de su explotación. Por otra parte, grandes empresas, del territorio y de fuera, han arrendado cientos de hectáreas para plantar extensiones de almendros (como es el caso de Ocean Almond, con unas 400 hectáreas; o bien la Unió Agrària de Reus, con un régimen de alquiler en que el propietario recibe un beneficio cuando comienza la producción); pistachos (Europistachios, de Tàrrega, que hace un año estrenó 132 hectáreas de este cultivo) o frutales. En este caso, las grandes extensiones se emplazan principalmente entre el Segrià y Les Garrigues.“La situación cambia mucho según el sector de riego”, señala Jové: “En Verdú entre el 80 y el 90% de los agricultores son los propietarios de las fincas”. También según el cultivo. Por ejemplo, “el viñedo ha respondido muy bien al regadío y multiplica la producción”, lo que lleva a que los jóvenes continúen los negocios familiares. “Hay dos tipos de empresarios” arrendatarios, señala, “los que preguntan por fincas de 1.000 hectáreas, que se van tal como han llegado, y los que no tienen prisa, que en ocho años pueden alcanzar las 500 hectáreas”.

La sequía ha rebajado los precios del alquiler de fincas de regadío

La sequía que ha afectado al campo leridano en los últimos dos años (ahora aliviada con las últimas y copiosas lluvias) ha tenido varios efectos en los cultivos de regadío. El principal, la limitación del acceso al agua, sobre todo, la pasada campaña de riegos, cuando el Canal d’Urgell y el Segarra-Garrigues tuvieron que cerrar el grifo durante semanas por falta de reservas en los pantanos del Segre. Otra consecuencia ha sido también la bajada de precios del alquiler de fincas rústicas de regadío. Así lo explican agricultores y responsables de comunidades de regantes como el del Algerri-Balaguer, Carles Gra. Explica que a consecuencia de la reducción de la dotación de agua (que se repitió también en Pinyana y el canal de Aragón y Catalunya) los agricultores no pudieron plantar segundas cosechas de cereal, lo que afectó al precio abonado por los alquileres de la finca, “que se liquidan por Sant Miquel”, a finales de septiembre.“La primera cosecha sirve para pagar y la segunda da las ganancias”, manifiesta Gra. Según los datos que baraja la Generalitat, arrendar una hectárea de terreno agrícola en las comarcas de Lleida puede suponer entre 153 y 560 euros por hectárea al año, según si son fincas de secano o de regadío.El presidente del Algerri-Balaguer explicó que la actual campaña de riegos ha comenzado a medio gas gracias a las lluvias pero además lo ha hecho preservando las limitaciones de agua de la pasada temporada, siguiendo instrucciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Por ahora pueden disponer de 4.900 metros cúbicos de agua por hectárea (frente a los 6.000 habituales), si bien confían en que en las próximas semanas se incremente la dotación. El Noguera Ribagorçana, en este caso, tiene los pantanos al 43% de su capacidad.

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