BALAGUER
La jueza exculpa a tres de los siete imputados por el crimen de Albesa
El cadáver de un joven de Lleida fue hallado enterrado en octubre de 2021, cinco meses después de su muerte
El móvil, la okupación de un piso en Balàfia
El juzgado de Instrucción número 2 de Balaguer ha exculpado a tres de los siete investigados por el asesinato de Nosa Richard Omoerede, el joven de 22 años de Lleida cuyo cadáver apareció semienterrado junto a un camino cerca del Noguera Ribagorçana en octubre del 2021 en Albesa. Concretamente, la jueza ha dictado el sobreseimiento (archivo) provisional contra dos mujeres, N.R.R. y J.P.F., y un hombre, A.B.G, “por falta de indicios de criminalidad”, según ha podido saber este periódico. En cambio, mantiene como investigados a cuatro hombres, G.G., J.P.G.S., J.L.R.P. y D.S.S., de los que al menos uno de ellos –D.S.S.– y los otros tres habrían cooperado en el transporte y la ocultación del cadáver. Cabe recordar que el móvil del crimen sería la okupación por parte de la víctima de un piso en la calle Penedès, en el barrio de Balàfia de Lleida, y los investigados formarían parte de una organización que vigilaba inmuebles para evitarlas. Al parecer, la víctima se habría negado a irse tras pagarle 4.000 euros y hubo una pelea en la que le mataron.
Respecto a los tres exculpados, la jueza afirma sobre N.R.R. que “no ha sido posible concretar más allá de lo referido en el encubrimiento de los hechos”. En este sentido, su pareja sentimental y su padre son dos de los investigados, pero “no era conocedora de sus actividades”. En cuanto a J.P.F, esta sabía que tres de los investigados tenían la función de vigilantes en relación con los pisos okupados, pero “no constan más indicios sobre el conocimiento del fallecimiento de la víctima (…) no permite determinar ni tan siquiera el encubrimiento”. Por último, respecto a A.B.G., afirma que “no hay ningún elemento que determine que participó o conoció el homicidio”. Dos de los investigados, D.S.S y G.G. eran los vigilantes del bloque. Los Mossos d’Esquadra hicieron un seguimiento de sus móviles y comprobaron que el día del crimen –el 6 de mayo– dejaron sus dispositivos en el edificio mientras que el de la víctima daba señal de movimiento hasta la zona donde fue hallada, por lo que lo habrían matado en el inmueble y, posteriormente, enterrado en Albesa. Pinchazos telefónicos también les incriminan.