Declaran que en el geriátrico de Tremp faltaba personal

Nueva jornada de declaraciones en el juzgado de Tremp por la investigación penal contra la residencia Fiella de la capital del Pallars Jussà en la que en noviembre de 2020 murieron 64 de los 142 usuarios a causa de un brote de Covid-19. 

Comparecieron varios profesionales, entre ellas dos enfermeras que, según aseguró la letrada Maria Nolla, de Prats Advocats y que representa a varias familias de usuarios fallecidos y ejerce la acusación popular en la causa de los trabajadores, afirmaron que “la residencia se convirtió en una UCI aunque sin médicos y personal. Que pidieron ayuda varias veces y que ocurrió antes de que fuera intervenida”. Nolla añadió que “han explicado que no podían dar la medicación que precisaban los usuarios y que había un descontrol generalizado”. También declararon un fisioterapeuta y un animador social, que afirmaron que tenían material. Muchos de los empleados también se contagiaron. En este sentido, Nolla afirmó que “las enfermeras han dicho que tuvieron que llamar la atención a la directora y a otros jefes porque se ponían mal la mascarilla”.

Ayer también declaró un vecino que tenía a su madre y a su padre ingresados. La mujer falleció pero el hombre superó la Covid al ser asintomático. Afirmó que desde la dirección apenas les pasaban información, que a su padre le dejaron varias veces sin comida y que había desatención. Cabe recordar que la semana pasada empezaron a declarar los familiares en la causa por los homicidios imprudentes. Ratificaron sus denuncias. Explicaron que la dirección no les informó del estado de sus parientes y que hubo desatención y descontrol. “Les dejaron morir”, afirmó Evaristo Saura, hijo de una de las víctimas. En cambio, la Fundación afirmó, mediante un comunicado, que esto pasó cuando el centro estaba intervenido por Salud. El juzgado de Tremp abrió la investigación tras la denuncia de la Fiscalía, que la definió cómo “residencia de los horrores”.