Polémica por las críticas del copríncipe episcopal de Andorra a la obligación de incinerar cadáveres durante la pandemia
Se mostró contrario a la obligación de incinerar
El Copríncipe episcopal de Andorra, Joan-Enric Vives, criticó la semana pasada que durante la pandemia de la Covid-19 se rompió un “derecho humano”. Se refería al hecho de que se impuso la incineración de los cadáveres. Estas afirmaciones del también Arzobispo de Urgell fueron objeto de polémica a finales de la semana pasada y el Ejecutivo andorrano reaccionó inmediatamente para puntualizar que las medidas que se tomaron “no fueron un capricho, sino que se hizo para evitar contagios”. Aseguraron que fueron “de carácter excepcional y de corta duración” a causa de la situación de emergencia sanitaria que se vivía en Andorra.
La incineración de los cadáveres fue impuesta al inicio, continuaron, “por precaución”, ya que no se tenían suficientes evidencias científicas sobre cómo se podía transmitir el virus. La intención era evitar al máximo posible los contagios, añadieron fuentes del Gobierno andorrano. Por su parte, el Partit Socialdemòcrata andorrano valoró que los comentarios del arzobispo “están muy fuera de lugar” y lamentó que sus críticas “lleguen cuatro años más tarde”. Andorra Endavant se mostró a favor de Vives y declaró estar “de acuerdo al 100%” con sus palabras. Las polémicas declaraciones del Copríncipe también provocaron la reacción de las funerarias. El gerente de Pompes Fúnebres Andorranes, Carles Moro, explicó que las actuaciones que se realizaron durante la pandemia obedecían a un protocolo que estaban obligados a cumplir.