Tor: la división continúa y las casas alineadas con el Palanca plantan la reunión convocada por los de Sansa
Una parte de los propietarios de la montaña planta la reunión, que cambió de lugar a última hora y duró más de 4 horas || El heredero del Palanca llevó a aquella hora el rebaño al puerto de Cabús
La fractura entre las casas de Tor empieza a compartir rasgos de inamovilidad con la montaña que da sentándose y fama en el pueblo. Los herederos de las cuatro casas históricamente alineadas con el Palanca, Jordi Riba Segalàs, plantaron la reunión convocada ayer por la nueva Comunidad de Propietarios de la Montaña Particular de Tor, liderada por los que en su día secundaron Sansa, Josep Montané Baró, para tratar varios temas.
Estos, por su parte y según informaron fuentes de este grupo, optaron por celebrarla, pero en un lugar diferente del inicialmente señalado en la convocatoria (el Hotel Riberies de Llavorsí) para eludir la atención mediática. La reunión duró más de cuatro horas.
Y mientras tanto, y al margen de estos dos grupos, siguen sin ser localizados los herederos de cuatro de las trece casas que en 1896 fundaron a la sociedad de copropietarios, la propiedad y sucesiones de los cuales están pendientes de registro. En total, hay 24 herederos localizados.
A la reunión asistieron un número mayoritario de estos herederos como para dar validez a los acuerdos a los cuales se llegó a pesar del cambio del lugar de celebración. El orden del día de la reunión incluía la toma de decisiones sobre asuntos como “la problemática de la serie de 3Cat (TV3)” sobre el pueblo producida por Carles Porta y también sobre la “problemática Josep Cases”, un edil de Alins a quien algunos vecinos atribuyen el abandono de automóviles al término de Tor. En Tor, al lado de las casas de la parte alta del pueblo, hay media docena de coches abandonados, en los cuales se suma otro de estacionado en la cuneta al principio de la pista.
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En la sesión también se tenían que tratar asuntos sobre pastos, casas y fincas, aunque los participantes declinaron avanzar el contenido de los acuerdos.
Mientras tanto, si alguna cosa sigue escaseando en Tor es la unanimidad. También en torno a la gestión de la montaña y a la creación y el funcionamiento de la nueva sociedad, una sucesión de la creada en 1896 para evitar la expropiación de la montaña y el control de la cual lleva casi medio siglo (desde 1976) como eje de las disputas en el pueblo.
De hecho, desde el grupo del Palanca apuntaron la intención de someter su legalidad al escrutinio de los tribunales. A la misma hora para la cual estaba señalado el inicio de la reunión en Llavorsí, Pablo Moreno, el heredero del Palanca, atravesaba Tor con un rebaño de 35 caballos que, con la marca CP (Casa Palanca) en la grupa, dirigía hacia las zonas de pastos del puerto de Cabús.
El paso del ganado por el pueblo, donde se encontraban algunos herederos de las casas alineadas en su día con el ganadero, con quien se iban saludando, resultaba, más que una metáfora, una imagen donde casi 130 años después de la constitución de la sociedad de copropietarios originaria, siguen abiertas ocho casas de la primavera a principios del otoño. “El Palanca era el único que criaba ganado en el pueblo, y seguimos igual”, explicó Moreno.
Los únicos aprovechamientos de la montaña
Varios vecinos coincidieron en anotar que la presencia de este ganado y las escasas talas y sacas de leña que lleva a cabo alguna de las casas cuando lo necesita son los únicos aprovechamientos que se dan en la montaña de Tor, en la cual el trasiego de contrabandistas se ha dado por desaparecido ante el escaso margen que deja ahora el negocio. “Pasar tabaco ahora con un todoterreno desde Andorra para lo único que sirve es para gastar gasóleo”, ironiza otra vecina de Tor, que señala que a la merma del diferencial se suma la presencia policial.