GUIA
La antigua N-II de Tàrrega, convertida en una avenida comercial
Vista de un tramo de la avenida Catalunya y de la calle Urgell en el año 1980 y en la actualidad (abajo). - XAVIER SANTESMASSES
Vista de un tramo de la avenida Catalunya y de la calle Urgell en el año 1980 y en la actualidad (abajo). - XAVIER SANTESMASSES
Vista de un tramo de la avenida Catalunya y de la calle Urgell en el año 1980 y en la actualidad (abajo). - XAVIER SANTESMASSES
Vista de un tramo de la avenida Catalunya y de la calle Urgell en el año 1980 y en la actualidad (abajo). - XAVIER SANTESMASSES
Vista de un tramo de la avenida Catalunya y de la calle Urgell en el año 1980 y en la actualidad (abajo). - XAVIER SANTESMASSES
Vista de un tramo de la avenida Catalunya y de la calle Urgell en el año 1980 y en la actualidad (abajo). - XAVIER SANTESMASSES
La pacificación de la antigua N-II supuso un antes y un después en Tàrrega. El proyecto, que en un principio fue motivo de quejas por parte de vecinos y especialmente de los comerciantes, ha conseguido convertir la antigua travesía en un paseo con prioridad para los peatones en el que estos circulan al mismo nivel que los vehículos a la vez que desde su estreno en 2010 se ha restringido la circulación de los vehículos pesados y se ha limitado la velocidad del resto de vehículos a 30 km/h en este tramo de 1,5 kilómetros. La avenida de Catalunya es una de las vías afectadas y en estas imágenes tomadas en 1980, a principios de los años 2000 y en la actualidad se puede ver la evolución de varios tramos de la avenida Catalunya así como parte de la calle Urgell, tras las obras de pacificación de la antigua N-II. El principal cambio es que hasta la pacificación, los coches eran los principales protagonistas de la calle, circulando por el centro y aparcando a ambos lados, con aceras estrechas mientras que en la actualidad es un amplio paseo con árboles en el que tienen prioridad los peatones. El objetivo principal de esta importante reforma que supuso una inversión total de unos 14 millones y fue impulsada por el entonces alcalde, Joan Amézaga, era evitar que la antigua N-II, con un importante tráfico de vehículos pesados, mantuviera la ciudad partida en dos.