LLEIDA
La madera gana peso en la construcción y desafía el predominio del hormigón
El sector de la construcción está viviendo un auge de edificios hechos con madera en los últimos cinco años. Casi toda es importada y tener precio mayor al del hormigón era la principal desventaja hasta ahora, pero profesionales aseguran que “se está corrigiendo” y ya está “igualado”. Así, el material se abre paso en un sector dominado por los áridos.
Los edificios construidos con madera siguen siendo excepciones en un sector dominado por el hormigón desde mitad del siglo pasado. Sin embargo, su creciente competitividad y la relevancia de la sostenibilidad están propiciando un auge de proyectos que apuestan por este material renovable y reciclable. “Hace pocos años era casi imposible, pero en los últimos cinco años ha habido un boom”, valora el ingeniero forestal Eduard Correal.
Explica que las obras con hormigón bajaron mucho cuando estalló la burbuja inmobiliaria en 2007, pero las construcciones con madera, que eran “testimoniales”, continuaron creciendo. El sector se recuperó entre 2017 y 2018, y fue entonces cuando “la madera se disparó, sin perder nunca cuota de mercado”, afirma.
Correal es el responsable del laboratorio del Institut Català de la Fusta (Incafust) en Lleida, situado en el Parc Agrobiotech. “Analizamos las propiedades físicas y mecánicas de la madera, sobre todo para la construcción”, explica.
Así, la someten a temperaturas extremas y aplican presión para comprobar su resistencia. Correal señala que “analizamos la madera de aquí para que se pueda usar en las obras, ya que casi toda viene de fuera” (ver desglose).
El presidente de la delegación leridana del Colegio de Arquitectos de Catalunya, Lluís de la Fuente, también considera que la madera está cogiendo un “papel importante” en el sector. Explica que su elevado precio de importación ha sido la mayor desventaja hasta ahora porque “fue muy alto a raíz de aranceles que imponían países como Estados Unidos”, pero “ahora se está corrigiendo” y “se está volviendo más popular, sobre todo para construcciones de casas unifamiliares”, indica.
De la Fuente considera que las obras de grandes bloques de pisos de madera todavía se reservan a “casos puntuales” por falta de experiencia, pero prevé un auge en los próximos años “gracias a personas y entidades pioneras que aseguran la supervisión de los materiales”, añade. Correal afirma que el precio de la madera está actualmente “igualado” al del hormigón. “Cuando el sector se engrase bien, lo normal es que acabe siendo más barata”, añade.
Señala que un edificio de madera puede pesar hasta un 30% de lo que pesa uno de hormigón, por lo que “tiene un radio de acción más grande” al reducirse los costes de transporte.
La presidenta de la Associació d’Empresaris de la Fusta de Lleida, Montse Borniquel, también constata que en los últimos años está habiendo más demanda de madera para la construcción. “Al margen del precio, cada vez se valora más en términos de sostenibilidad”, indica.
En efecto, afirma que ya son habituales los encargos de proyectos cada vez más grandes, tanto de viviendas como de equipamientos. Lo ejemplifica con la actual ampliación de la escola bressol de Agramunt, cuyo ayuntamiento apostó por la madera al edificarla en 2017. Correal sostiene que “antes había personas preocupadas por la ecología que optaban por la madera asumiendo sobrecostes, pero ahora hay grandes edificios de madera de promotoras que ganan concursos públicos”.
Añade que la aparición en el siglo XX de la madera contralaminada (CLT) ha resuelto la limitación de altura que antes sufría, y explica que el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya está construyendo un ‘hub forestal’ en Olius que funcionará como laboratorio preindustrial de materiales modernos para la construcción. También asegura que el riesgo de incendio es el mismo que el del hormigón, y que la madera es mejor aislante térmico.
La mayoría de la que se usa en Catalunya es importada
Casi toda la madera que se usa en Catalunya para la construcción es importada desde otros países. “Tenemos un problema de gestión de los bosques”, valora Borniquel, cuya empresa también tiene una línea que usa madera local.
De la Fuente afirma que “es un material regenerable y descarbonizado, por lo que es muy sostenible, pero si la tenemos que traer de lejos no acaba de funcionar”. Correal indica que “tenemos mucha madera acumulada en los bosques que se tiene que sacar” para prevenir incendios. Dice que la más usada es de abetos y pinos, porque “son abundantes, con troncos bastante rectos y baratos”.