PREOCUPACIÓN DERECHOS
Una pensionista de Tàrrega, “desesperada” por encontrarse al borde del desahucio
Previsto el 24 de septiembre y pide una vivienda digna con alquiler social accesible a sus ingresos
Una vecina de Tàrrega de 67 años, pensionista, con una discapacidad acreditada del 65% y con una enfermedad crónica (fibromialgia), vive estos meses un calvario. Está “desesperada” y “totalmente hundida” tras recibir un requerimiento del juzgado que dictamina que el 24 de septiembre a las 10 de la mañana será desahuciada del piso de alquiler social en el que vive. Ya no sabe dónde acudir y lo único que pide es una vivienda digna en la que pueda vivir con su perro y su gato con un alquiler accesible a sus ingresos, una pensión de unos 800 euros.
El piso está situado en el número 21 de la calle Sant Pelegrí de la capital del Urgell y el portal inmobiliario Solvia lo anuncia para vender en internet por 35.200 euros.
El Banco Sabadell ha desmentido que el piso sea de su propiedad y ha concretado que ya hace unos años lo vendieron a la cartera de activos Cerberus.
Figuera asegura que “ya hace muchos años que vivo aquí, primero lo intenté comprar pero finalmente no podía afrontar la cuota de más de 400 euros, además de los gastos, al mismo tiempo que no quería perjudicar a mi avaladora”. Es cuando a través de un abogado consiguió un alquiler social de 235 euros, “hasta que el banco se negó a renovarme el contrato y ahora ya me echan”. Figuera explica que “en Tàrrega no hay viviendas disponibles y faltan pisos de protección oficial”. Le es indiferente tener que abandonar la ciudad, únicamente quiere “una vivienda digna”, reclama. Está “angustiada” y se siente “impotente” porque esta situación es “desesperante”, “no tengo fuerzas para seguir” y reconoce que “he pensado en el suicidio”.
El caso de Figuera se suma a otros como el de las más de 30 familias que temen quedarse sin casa por una ejecución hipotecaria del bloque de la calle Claravalls, 9. Sareb asumió el préstamo hipotecario del edificio por el impago de su promotor, mientras que el consistorio y un grupo de vivienda negocian con la Sareb. En la misma línea, en abril de 2023 un vecino del pasaje de Sant Jordi de Tàrrega se suicidó antes de ser desahuciado por impago de alquiler.