Rialb, el gran pantano que transformó la Noguera y engulló a todo un pueblo
La construcción del último gran pantano en la Noguera transformó toda la comarca y comportó la desaparición de todo un pueblo, Tiurana, que tuvo que reconstruirse en la montaña de Solés. A finales del siglo XX, en concreto en 1999 comenzaron las obras del embalse y la destrucción de esta población.
Supuso una grave crisis para los vecinos que tuvieron que abandonar sus casas no sin antes plantar cara a los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro en los trámites de expropiación.
El embalse entró en servicio en 2010 tras acabar las pruebas de carga y alcanzar su cota máxima y los más de 400 hectómetros cúbicos de capacidad. Para entonces las 25 nuevas casas de la ‘renacida’ Tiurana comenzaban a ser una realidad y el turismo, una nueva fuente de ingresos. El pantano también anegó el municipio de Bassella y tuvo consecuencias para La Baronia de Rialb, Ponts, Pelamola y Oliana.
Su principal objetivo: garantizar los riegos del Canal d’Urgell y el Segarra-Garrigues. Este año cumple 25 años despues de atravessar la grave sequía de 2023 ,que lo dejó casi bajo mínimos. Mientras tanto, Tiurana se reinventa con nuevos servicios y la apuesta por las energías renovables a la espera de que el Estado cumpla las promesas de compensaciones que hizo hace más de dos décadas y de las que no se han cumplido ni un 20 por ciento.