Tradición, cultura y ofrendas centran la Diada en comarcas

Más de 200 personas, representantes del rico tejido asociativo y de partidos políticos de la capital del Urgell, participaron ayer por la mañana en el acto institucional de la Diada Nacional de Catalunya en Tàrrega. Como es habitual, la celebración tuvo lugar en la plaza de Rafael Casanova, que acoge el monumento a los Màrtirs de 1714. La alcaldesa, Alba Pijuan, afirmó que “la voluntad del pueblo es caminar hacia la independencia” y recordó que en la Diada del primer ayuntamiento postfranquista se plantó una encina simbolizando el árbol de la libertad, que aún luce en el mismo espacio como “símbolo de la fuerza, la solidez y la longevidad del paso firme hacia la independencia”. A continuación, los grupos del consistorio –ERC, CUP, PSC y Junts– hicieron entrega de su ofrenda floral en forma de corona de laurel al monumento. Aparte de las autoridades locales, una veintena de entidades y partidos políticos de la ciudad participaron en la ofrenda. El acto empezó con el Ball de l’homenatge y culminó con los asistentes entonando el Cant dels Segadors, siguiendo las indicaciones de Mercè Salvadó.

Paralelamente, en Mollerussa, hasta 40 entidades locales se congregaron en el parque municipal para la tradicional ofrenda floral al monumento a la Senyera. El escritor Josep Borrell Figuera, natural de la capital del Pla d’Urgell, fue el glosador del acto y destacó la importancia del sentimiento de pertenencia a una comunidad: “para ser de un sitio, no solo hay que estar en el padrón o el censo electoral, hay que sentirlo”, remarcó. El acto contó con las intervenciones de la Colla del 1974, la Coral Sant Isidori y la Associació de Senegalesos de Mollerussa.