LLEIDA
Los regadíos cierran la campaña con 402 hm³ más en los embalses que en 2023
Aumento del 70%, aunque están aún al 48% de su capacidad tras 3 años de sequía
Los principales sistemas de riego están llegando al final de la campaña con 402 hectómetros cúbicos más que hace un año en los embalses de los ríos Segre, Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorçana, un aumento del 70%, lo que da un respiro a los agricultores tras tres duros años de sequía a la hora de planificar el próximo ciclo de riegos.
Los principales sistemas de riego están poniendo punto final a la campaña de este año, en la que han respirado algo más después de tres duros años de sequía gracias a una mayor aportación de nieve y lluvia a los sistemas. Lo hacen con los embalses de los ríos Segre, Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorçana al 48% de capacidad y con 402 hectómetros cúbicos de agua más que el año pasado: 973 hectómetros en total frente a los 571 de 2023. Son un 70% más de reservas, lo que les permite respirar algo mejor que en las tres campañas anteriores pese a que las aportaciones de agua del río Segre (caudal de entrada en Oliana) se mantienen un 30% por debajo de la media histórica, según señalan los usuarios del Canal d’Urgell. Esta referencia y la caída de la demanda de agua para regadío avanzado el mes de septiembre les ha llevado a rechazar la asignación de un sexto hidro, o turno de riego, entre los agricultores que se suministran del canal principal.
El hidro es una de las novedades que trajo la sequía con el objetivo de inculcar a los regantes, acostumbrados a levantar la pala de riego con pocas restricciones, la necesidad de que se distribuyan el agua entre cultivos y para toda la campaña teniendo en cuenta que el cambio climático dificultará los excedentes. El presidente de los regantes, Amadeu Ros, explica que pese a que las reservas han mejorado la campaña, comenzó con poca agua y no se ha plantado maíz. También ha provocado la retirada de frutales, “y muchos más que se arrancarán en los próximos meses”, asegura. “Sobre todo”, añade, “en el caso de los agricultores sin continuidad en el negocio. No se complican la vida”. Ros avanza que el reparto del agua por hidros seguirá, aunque “se irá perfeccionando”.
El año pasado, la extrema sequía llevó a muchos agricultores a buscar agua bajo tierra. El Canal d’Urgell tiene dados de alta 1.274 pozos para abastecer las fincas, de los que 83 son derivados de la sequía.
No lejos de estas fincas, en municipios de Les Garrigues como El Vilosell y La Pobla de Cérvoles, la sequía secó los pozos de riego de pequeñas comunidades de regantes locales, que han contactado con los gestores del canal Segarra-Garrigues para evaluar si pueden incorporarse a su red de suministro de agua. El presidente de los regantes de este sistema, Josep Maria Jové, afirma que la sequía ha disparado el interés por el regadío, que ya se considera a medio plazo la única garantía para salvar los cultivos.
La sequía también ha traído cambios importantes a otros sistemas de riego como Pinyana, donde este año se ha introducido la petición de caudal a través de la aplicación WastsApp que sustituye al bando regulador. “Esta novedad ha resultado muy efectiva, ya que obliga a ordenar el riego un día antes según la demanda. Ha venido para quedarse porque supone más orden y menos consumo. Ahora queda modernizar el riego, que ejecutaremos por fases”, explica el presidente de la comunidad, Ramon Piqué (ver claves). Pinyana pondrá fin a la campaña de riego a finales de octubre.
Las lluvias intermitentes han permitido que el Aragón y Catalunya regara de Barasona y no tuviera problemas durante el verano, aunque ha ajustado al máximo los prorrateos para no afectar a los embalses del Noguera Ribagorçana que también sirven agua a Pinyana y al Algerri-Balaguer. Ha sido innecesario estrenar nuevas infraestructuras como la tubería lateral de La Mola que lleva a agua a las fincas por gravedad. Lo hará el año próximo.
La falta de agua sí que ha sido un problema para comunidades de regantes de Tarragona limítrofes con el Garrigues Sud. Este sistema da agua de riego y de boca a varios pueblos vecinos desde 2023, en concreto 7.000 metros cúbicos diarios a las poblaciones la Palma d’Ebre, Margalef, la Bisbal de Falset, la Figuera, la Vilella Baixa y Cabacés, en el Priorat y la Ribera d’Ebre. La sequía dejó a sus pantanos sin reservas. Desde el Garrigues Sud se riegan 1.400 hectáreas de Margalef, La Bisbal y La Palma. Según su presidente, Xavier Pelegrí, se estudia hacer una toma directa del Ebro o una captación desde las instalaciones del Garrigues Sud para garantizar suministro a estos municipios con una inversión de 6 millones. Tanto en el área regable del Garrigues Sud como del Segrià Sud la campaña de producción de olivas ha sido muy buena.
«El regadío da una estabilidad que en el secano no tenemos»
Ramon Gomà es un agricultor de Guissona que incide en que la principal diferencia entre la agricultura de secano y la de regadío es la estabilidad. “Poder regar da una estabilidad en la producción, ya que siempre tienes garantías para el crecimiento de tus cultivos”. Considera que “tener fincas en terrenos de secano es una opción insegura, ya que siempre está en función de la climatología, de si hay precipitaciones o no las hay, y con estos parámetros tienes que hacer tus previsiones. Además de la lluvia, otros factores que influyen son el viento y las temperaturas, tanto si son altas o bajo cero en los periodos en que no toca. Gomà reconoce que en los últimos años una meteorología adversa ha diezmado las cosechas a nivel general en todas las zonas de secano. Concretamente, incidió en que este año la falta de precipitaciones de los meses de marzo y abril dejaron la planta débil y, además, la helada que se prolongó durante dos días por Sant Jordi “diezmó la cosecha a nivel general”. En cierta manera, explica que esta situación de inseguridad que tiene la agricultura de secano forja un carácter diferente en los agricultores del territorio. “Son más reservados y con una forma de vida más sobria, ya que nunca sabemos cómo será la cosecha”.
«La campaña de riego ha ido muy bien, sin ninguna restricción»
Josep Maria Albareda es un agricultor de Verdú que afirma que “la campaña de riego de este año ha ido muy bien, no hemos tenido ningún tipo de restricción, ya que dentro de las dotaciones contratadas, nos han facilitado el agua que nos tocaba”. Reconoce que “las primeras semanas estábamos bastante asustados y más teniendo en cuenta el contexto de sequía y las restricciones del año pasado pero, al final, ha llovido y hemos podido regar”. Destaca que “en los viñedos en riego la producción es de entre 12.000 y 15.000 kg por hectárea, mientras que en un secano, la producción es de unos 4.000 kg. Es mucha la diferencia dependiendo de si la campaña de riego va bien o no”. Incide en que “para esta zona, el canal Segarra-Garrigues ha garantizado el futuro. Mi hijo Sergi, por ejemplo, se ha quedado a trabajar por el riego, en caso contrario se hubiera muerto de hambre trabajando en el campo”. Añade que “en plantaciones de árboles (viña, almendro o olivo) el agua es determinante”. De cara al futuro reconoce que “siempre existe la preocupación de la falta de agua y de lluvias, y más teniendo en cuenta que tenemos plantaciones acostumbradas al riego, por ejemplo el año pasado con la sequía y el cierre del canal temíamos perder los almendros”. Este agricultor lamenta que “si haces una importante inversión tanto en árboles como en la instalación del riego, con el esfuerzo que supone, y al cabo cuatro o cinco años no puedes disponer de agua y mueren los árboles, lo pierdes todo”.
«Los hidros han generado dudas, pero la campaña ha sido correcta»
Para Antonio Sió Melero, agricultor y ganadero del pueblo de Torregrossa, la campaña finaliza con una nota de “aprobado”. “Los hidros han generado mucha incertidumbre, nadie sabía como iría. Era algo nuevo y muchos agricultores no creían que pudieran funcionar. Por eso, yo aposté por el cereal de invierno, como el trigo y la cebada. En verano, como no lo tenía claro, dejé entre un 15 y un 17% de mis explotaciones en secano para así poder asegurar los hidros para la alfalfa, que se siembra con una previsión de cosecha para unos cuatro años. Al final, se ha podido hacer una buena campaña gracias a las lluvias de finales de abril y principios de mayo. Incluso me han sobrado hidros. Hubiera podido sembrar más maíz, pero en junio ya era tarde. No sabíamos qué podría pasar, teniendo en cuenta que veníamos de un año completamente desastroso. Pero hay que reconocer que la administración se ha portado bien y ya hemos recibido las ayudas que nos prometieron. Esperemos que poco a poco las aguas vuelvan a su cauce”. Este agricultor de Torregrossa considera que la modernización del regadío será “clave” para el futuro del sector agroalimentario. “Hace treinta años que tendría que haberse llevado a cabo”, remarca.
OBRAS
- El Estado ha comenzado las primer obras de modernización con la construcción de tres balsas, aunque queda pendiente una primera fase para actuar en otras 10.000 ha. La modernización de todas las 70.000 ha costará 1.500 millones.
- El canal ha comenzado la modernización por fases. Ya se lleva el agua por presión a 1.200 ha de l’Horta de Lleida y se invertirán 21 millones para actuar en 1.880 ha de Corbins, Benavent, Torre-serona, Vilanova de Segrià y La Portella.
- Ya se ha finalizado la de La Mola y está previsto que se comiencen las obras de la tubería 25 que regará por gravedad 2.359 hectáreas de 324 agricultores de Aitona, Fraga y Seròs y costará unos 20 millones de euros.
- La comunidad de regantes proyecta modernizar la captación de Castelló de Farfanya instalando placas solares para abaratar los gastos en energía eléctrica. Esta es una de las actuaciones más importantes a ejecutar en breve.
- El Segarra-Garrigues es un canal que ya está finalizado, aunque queda pendiente que el pantano de L’Albagés, en la cola del principal, finalice el proceso de carga para comprobar la presión en la presa, todavía en proceso.
- Tanto el Garrigues Sud como el Segrià Sud están en proceso de construcción de varias plantas solares con las que abaratar el coste que supone bombear el agua de las captaciones en el río Ebro. Ya han construido algunas.
Las aportaciones del río Segre siguen siendo un 30% inferiores a la media
En los tres años anteriores, las aportaciones también se han mantenido por debajo de la media, con entre 368 y 694 hectómetros cúbicos. El año anterior, en cambio, se situó en 1.183 hectómetros. Según los mismos registros, las máximas se han situado en los 1.559 hectómetros y las mínimas, en 368. Esta última es la del pasado año hidrológico, cuando la extrema sequía llevó a cerrar el canal principal del Urgell en un mes de abril (poco después de comenzar la campaña de riegos) por primera vez en 160 años de historia. Datos de la misma comunidad de regantes señalan que las lluvias acumuladas, en este caso, en el pluviómetro de la Casa Canal en Mollerussa, se situaron muy por debajo de la media en los meses de mayo, junio y julio. La media anual desde 1945 es de 372 litros por metro cuadrado.
La Confederación abre la puerta a llenar el pantano de L’Albagés
La Confederación Hidrográfica del Ebro estima que tras la recuperación de parte del agua embalsada en los pantanos ha llegado la hora de estudiar el llenado de L’Albagés. Se trata del embalse situado en la cola del Canal Segarra-Garrigues, del que ya han comenzado a regar los primeros agricultores, aunque prácticamente es solo gracias al agua de la lluvia. Actualmente tiene unos 20 hectómetros cúbicos de agua y una parte son todavía de la agua procedente de la Dana de 2019. El pantano, con capacidad para almacenar 83 hectómetros cúbicos, quedó totalmente finalizado en 2021, pero no ha podido entrar en explotación porque no ha culminado la fase de puesta de carga. La sequía lo ha impedido. Para completar la fase de pruebas es necesario llevar a cabo llenados y vaciados sucesivos del embalse pero la falta de agua, especialmente en el río Segre y el pantano de Rialb, principal fuente de L’Albagés, ha complicado este trámite. La CHE considera que la recuperación de las reservas abre la puerta al llenado de L’Albagés, pero lo condiciona a que haya disponibilidad de recursos. Desde hace unos meses, el canal y el pantano son gestionados por la Generalitat.
Paquetes de ayudas para paliar los daños de la escasez de agua
Agricultura ha presentado un plan de medidas urgentes contra la sequía valorado en 70 millones de los que 6 son para conectar el Garrigues Sud con la comunidad de regantes del Riu Montsant, a la que ya abastece desde 2023. Respecto al pago de ayudas por la sequia de ese año en Lleida, el Govern ratificó en mayo el primer abono de ayudas a los cultivos herbáceos y también a los hortícolas afectados por la grave sequía del año pasado. En Lleida fue especialmente grave el caso del cereal en la zona regable del Canal d’Urgell y del Segarra-Garrigues, donde no se regó. En su conjunto, las ayudas a los herbáceos (cereal y forrajes) ascendieron a 62 millones de euros. La consellería ha activado varios paquetes de ayudas. de hasta 251 €/ha por ha en el cereal de secano; de hasta 1.140,45 € por ha en forrajes; y de 697,89 por ha en cereales de invierno y herbáceos anuales no sembrados.