SEGRE

El final de una época: el cierre de Speed Music constata el declive del pub

El cierre de Speed Music en Alcampell constata el declive del 'pub', un formato hostelero y cultural del que ya solo quedan dos locales en una comarca que los tuvo a decenas. Los sociólogos apuntan como causa a un cambio generacional en los hábitos de ocio y de gasto

Manuel Sorinas está desde 1990 al frente de Novocento, abierto en 1978 y pionero con D'Alcort.

Lleida

Creado:

Actualizado:

Cuando el Speed Music cierre su puerta este domingo, 40 años después de haberla abierto en Alcampell, la nómina de pub de la Llitera, una comarca en la que durante medio siglo operaron más de medio centenar y en la que se situaron como el eje de una intensa movida cultural, habrá quedado reducida a dos nombres: Novocento y Tao, ambos en Binéfar.

“Es una pérdida irreparable”, señala Pep Espluga, sociólogo de la UAB y natural de Alcampell, para quien el pub fue “una pieza clave en el formato de socialización juvenil en el mundo rural”, al que llegó a finales de los 70 para “cubrir unas necesidades sociales evidentes. En un entorno rural caracterizado por un fuerte control, el pub era un territorio liberado al que no llegaban esas presiones”.A eso se le añadían otros factores como ofrecer un lugar de encuentro al que, “a diferencia del bar tradicional, podían ir las mujeres.

El bar del pueblo era normalmente segregador, mientras en el pub era posible la coexistencia entre distintos sexos e identidades de género”.“Era un punto de encuentro generacional, y un lugar de fiesta y música -añade Espluga- que nos daba una cultura y nos vinculaba a un colectivo amplio y formado por personas de territorios distantes. Trascendía los límites de lo urbano y lo rural”.¿Y cuál era la receta? “El pub es un bar musical sin ventana, y eso es lo que lo convierte en un territorio liberado”, anota.

Esa propuesta arraigó con fuerza en la Llitera, con D’Alcort y Novocento como pioneros, en la capital y en 1978, de un goteo que abarcó toda la comarca para empezar a apagarse con el cambio de siglo, casi siempre con el cierre y a veces con la reconversión, con los locales de El paso del pato en Tamarit o Metro en Binéfar dedicados a la restauración.

En ese tejido que mezclaba fiesta, música y cultura surgieron voces alternativas como el fancine El lado salvaje, granaron bandas como Proscritos o Inusitados y se abrieron rutas como la que llevó hasta la Franja a gente como Lords of the New Church, The Meteors o Inmaculate Fools.

Pero aquello terminó. “Se está dando una pérdida de bares en todo el país, no hay un eje rural-urbano claro”, señala David Pac, sociólogo de la Universidad de Zaragoza, experto en Sociología del Consumo y natural de Valcarca, quien detecta en el declive varios vectores entre los que destaca el cambio en los hábitos de ocio y de consumo.

Por una parte, “los jóvenes tienen preferencia por espacios de reunión menos públicos y más privados”, algo que ahora confluye con la posibilidad que ofrecen las conexiones online y del juego en grupo a distancia.

CERRADOS. Rosigón y Krifos, en la calle Tamarite; Estravolto, en la plaza de la Litera, y El Cine y el antiguo Zeta, en los extremos de la avenida Aragón, todos en Binéfar, llevan años cerrados.

Coincide en el criterio con Manuel Sorinas, decano del ramo tras casi 35 años al frente de Novocento. “Estamos en un cambio de época, pero no nos podemos quejar. Los mayores se van haciendo viejos y los jóvenes siguen viniendo”, indica, aunque la incorporación de estos últimos se reduce.

El declive coincide con cambios de estilo de vida en los que ganan peso hábitos saludables, el consumo nocturno en la hostelería pierde peso en favor del diurno y el gasto cotidiano, como el del pub, cede espacio a otro más concentrado en eventos y salidas de unos días. “Hay un cambio generacional en los hábitos de consumo”, anota Pac.

Espluga destaca que “hay un cambio en las formas de consumo, de ocio y de relacionarse. Internet y las redes sociales han venido a cubrir una parte de las necesidades sociales que cubría el pub. Las nuevas generaciones no han entrado en la cultura del pub porque no lo han necesitado, pero perdemos algo fundamental”.

El Tao, en el antiguo local de Roberto’s, todavía abre sus puertas.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking