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La CHE proyecta crecidas artificiales para regenerar los principales ríos de Lleida

El plan prevé 'riadas' de 120 m3/s en el Segre y el Pallaresa y de 50 en el Ribagorçana

Los planteamientos de la CHE buscan potenciar la calidad ecosistémica de los ríos. - JORDI ECHEVARRÍA

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La Confederación Hidrográfica del Ebro ha abierto el debate sobre la generación de crecidas en los principales ríos de la cuenca para mejorar la calidad ecosistémica de esos cauces, en una iniciativa que en el caso de Lleida se aplicaría en el Segre, el Ribagorçana y el Pallaresa cuando hubieran pasado más de tres años y medio desde la última riada natural.

La CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) prevé provocar crecidas artificiales en los ríos de la cuenca para mejorar el equilibrio de sus ecosistemas fluviales, objetivo para el que el nuevo PHE (Plan Hidrológico del Ebro) incluirá los llamados caudales generadores, que se complementarán con otros dos nuevos conceptos ambientales: caudal máximo, que es el límite recomendable en la explotación ordinaria de los embalses para no dañar la biodiversidad, y tasa de cambio, que es el ritmo tolerable de apertura y cierre de compuertas para no afectar al ecosistema y que tendrá una variante específica para las riadas planificadas.

Se trata, en resumen, de paliar con esas crecidas artificiales, similares a las que Endesa ya aplica en la canalización del Segre en Lleida, los efectos ambientales de la regulación hidráulica pero sin afectar a los usos económicos del agua. Los técnicos de la Oficina de Planificación de la CHE han elaborado una primera propuesta para abrir un debate que finalizará con la definición de esos caudales y tasas en el nuevo PHE 2027-2032.Ese planteamiento de salida contempla crecidas de 120 m3/s en los tramos bajos del Segre y el Pallaresa, a partir de las presas de Rialb y de Sant Llorenç de Montgai, y de 50 en el Ribagorçana aguas abajo de Santa Anna.Las sueltas alcanzarían en los tramos intermedios de esos ríos los 100 m3/s (Talarn y Oliana) o andarían cerca, con 92 en Sopeira, y serían menores en las cabeceras, con previsiones de 17 en Baserca, 4,9 en Cavallers y 25 en La Torrassa.Cierra la lista la presa de L’Albagés, en el río Set, donde las crecidas artificiales serían de hasta 3,15 m3/s.Los caudales generadores serían muy superiores en la Franja, donde las previsiones para Barasona y El Grado, situados aguas arriba de localidades como Monzón o Fraga, son de 131 y 286 m3/s.Un documento de la Oficina de Planificación destaca “la conveniencia de no tratar los componentes de los caudales mínimos de manera aislada, sino que deben formar parte de los caudales ecológicos que, a su vez, deben tener en cuenta objetivos ambientales y los usos del agua”. De hecho, el plan consiste en generar esas crecidas artificiales en un plazo concreto desde la última vez que se hubieran producido de manera natural y que para los diez embalses que en Lleida sería de tres años y medio. En siete casos tendrían lugar entre noviembre y mayo y en otros tres (Baserca, Cavallers y La Torrassa) entre noviembre y abril, un achique que permitiría evitar afecciones a actividades como el rafting y otros deportes fluviales.La duración de las crecidas artificiales sería de 24, 16 y ocho horas, respectivamente, en los tramos bajos del Ribagorçana, el Segre y el Pallaresa.

Resguardo mínimo en los pantanos hidroeléctricos

La CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro) ha establecido volúmenes mínimos de reserva en los embalses de más de 50 hm3 de capacidad y cuyo principal uso es el hidroeléctrico para garantizar el equilibrio de sus ecosistemas. Esas cabidas, establecidas en marzo de 2022 en cumplimiento de un mandato de la Ley de Aguas, se encuentran en fase de revisión en algunos casos, como el de Mequinensa, tras haber observado los daños que la sequía de los últimos años ha provocado en la fauna piscícola. Esos volúmenes se sitúan en 194,54 hm3 en Mequinensa, en 28,05 en Sant Antoni de Talarn, de 36 en Escales y de 54,92 en Camarasa. Las empresas que los explotan no pueden dejar que el volumen embalsado quede por debajo de ese nivel, que también tienen marcado por las cotas de altitud. Paralelamente, la propuesta inicial de caudal máximo propone limitar el circulante por los ríos en épocas sin crecidas naturales a 111 m3/s en la fase seca del año y a 167 en la húmeda en el tramo bajo del Pallaresa, aguas abajo de Sant Llorenç de Montgai, a 35 y 41 en esas mismas etapas en el Ribagorçana a partir de Santa Anna y a 100 y 110 en el Segre, a partir de Rialb. la propuesta inicial del organismo de cuenca también plantea limitara 46 y 76 m3/s el caudal máximo a partir de Talarn, a 18 y 16 en La Torrasa, a 100 y 107 desde Camarasa y a 80 y 90 desde Oliana.

Las lluvias de los últimos días elevan caudales y reservas

Las lluvias de los últimos días han provocado un aumento del caudal circulante en los ríos de Lleida y una mejora de las reservas embalsadas, que van a continuar creciendo en los próximos días conforme vaya filtrándose el agua caída y como consecuencia de las nuevas precipitaciones previstas para las próximas jornadas. Así, el Segre superaba los 24 m3/s ayer a su paso por Organyà, el Pallaresa pasaba de los 34 en Collegats y el Ribagorçana bajaba con más de 40 por El Pont de Suert. Paralelamente, las reservas acumuladas en Oliana se han visto incrementadas en más de tres hectómetros cúbicos en lo que va de semana y las de Rialb en más de dos, mientras que la mejora se acerca a los seis en Talarn y a los cinco en Escales.

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