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Àger, el municipio leridano que pierde más agua de su red por fugas

En la ciudad de Lleida el desperdicio hídrico se sitúa en el 15,3%, el 10,2% por fugas, según un informe

Las instalaciones de uno de los principales depósitos de agua de Àger, con el teniente de alcalde Jordi Cortasa en el fondo.Ignasi Gómez / ACN

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Casi la mitad del centenar de municipios que han hecho una auditoría hidráulica en los últimos meses pierden más de un 20% del agua que entra en la red a causa de fugas, rotura de cañerías, desbordamientos de depósitos y similares. Es una de las conclusiones de un análisis de la ACN de las auditorías municipales, obligatorias por las entidades suministradoras de agua en servicios con más de 5.000 abonados. Los informes revelan que Amposta y Alcanar son las poblaciones catalanas que pierden más agua por fugas, con un 60% y un 56% del total que entra a la red.

En la demarcación de Lleida, el municipio donde se pierde más porcentaje del agua de la red es Àger, con el 54,3%, un 51,4% por fugas. Lo siguen Maials, con un 34,1% de pérdida de agua (30% por fugas); Seròs, con un 28% (23,8% por fugas); Mollerusa, con un 25,5% (22,5% por fugas); Sant Guim de Freixenet, con un 20,7% (15,7% por fugas); Lleida, con un 15,3% (10,2% por fugas), y Tàrrega, con un 14% (11,5% por fugas).

Según datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA), el organismo que ha determinado unos indicadores para estandarizar las auditorías, 133 municipios de Catalunya tenían que publicar los resultados de los estudios antes del 31 de marzo de 2024. De momento, 12 todavía no lo han hecho, según la misma fuente, entre las cuales algunas capitales de comarca: Balaguer (Noguera), Banyoles (Pla de l'Estany), La Seu de Urgell (Alt Urgell) y Vielha e Mijaran (Val d'Aran).

Un total de 101 municipios sí que han publicado el documento, aparte de 17 más que también están obligados y que dan datos agregados ya que opera en todos ellos a Aigües de Barcelona, y de 15 más que no estaban obligados. Las auditorías de cada uno de ellos refleja que en 61 casos de los 133 se pierde más de un 20% del total del agua introducida a la red a causa de los escapes y problemas con las tuberías. De hecho, la media de todas las poblaciones es del 22%, mientras que los 17 municipios que dependen de Agbar, como Barcelona, Badalona l'Hospitalet de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat o Castelldefels, se quedan en el 7,7%.

Àger, un caso particular

En Lleida, tal como se ha dicho, los datos recopilados indican que el municipio más afectado por estas pérdidas de agua es Àger, donde los 146.805 metros cúbicos que entran se reducen a la mitad sin contar las pérdidas (51,4% por fugas y similares, y 2,8% por errores de contadores y agua pinchada). En este caso, la red de suministro de agua es de unas "características muy especiales, ya que tiene alrededor de 40 kilómetros de cañerías para abastecer a las nueve poblaciones que forman el término municipal", ha explicado el teniente de alcalde y concejal de Obras, Jordi Cortasa.

Cortasa ha defendido que "el hecho de tener más kilómetros de tuberías hace que podamos sufrir más incidencias". Además, el recorrido de los conductos pasa "por caminos o incluso zonas boscosas", ha añadido. Con todo, "acabamos de sustituir dos tramos de cañerías de más de un kilómetro que son las que más problemáticas y escapes han generado a lo largo del año. Tenemos el propósito de reducir las averías y las pérdidas en la distribución", ha afirmado.

Aparte de eso, el ayuntamiento ha pedido otras ayudas que ya están concedidas para "sectoritzar" las tuberías con el objetivo de mejorar la optimización del sistema y detectar si hay pérdidas que no afloran, ha comentado Cortasa. Asimismo, el consistorio ha solicitado también ayudas para habilitar nuevos contadores, ya que los actuales superan de largo su vida útil. "Hay un tipo de pérdidas que posiblemente son reducción del contaje de los contadores de los abonados. Los contadores tienen una vida de unos 12 o 13 años y aquí tenemos que ya superan de mucho esta cifra de años", ha dicho Cortasa.

Balances hídricos

Estos balances hídricos se tienen que hacer cada dos años y se han calculado a partir de una guía común para todas las entidades catalanas, con "una metodología pionera" que garantiza "la calidad de los datos". Se hacen a partir de doce indicadores de cumplimiento, adaptados por la reconocida Asociación Internacional de Abastecimientos de Agua (IWA), y que están relacionados con la gestión de los escapes y la gestión de las presiones de la red. La periodicidad de las auditorías también permitirá "evaluar la efectividad de las mejoras implementadas".

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