VIELHA
La parálisis del 'caso Cachou' beneficia a los acusados
La causa estuvo sin instruirse año y medio. Puede suponer que se les aplique dilaciones indebidas en caso de ser condenados
La muerte por envenenamiento del oso Cachou llegará a juicio unos cinco años después de los hechos. La causa afronta su fase final de la instrucción de un caso que estuvo paralizado más de un año y medio, concretamente del 24 de noviembre de 2021 al 7 junio de 2023, por diferentes motivos, como el cambio del juez instructor. Esta parálisis beneficiará a los dos acusados, un agente de Medio Ambiente y un exconselhèr del Conselh d’Aran, en caso de ser condenados, ya que presumiblemente se les aplicará la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas –cuando la tramitación de un procedimiento penal ha durado un tiempo excesivo e innecesario–. De hecho, la Fiscalía, en tanto que acusación pública, afirma en su escrito de acusación que “la causa quedó paralizada por motivos que no son atribuibles a los acusados”.
El Ministerio Público solicita sendas condenas de más de dos años de prisión para los dos acusados, como avanzó SEGRE el viernes. Concretamente, solicita dos años y cuatro meses de cárcel para José Antonio Boya Quintana, exconselhèr de Territorio; y dos años y tres meses para Aran Medan Guerrero, uno de los dos agentes de Medio Ambiente de la administración aranesa.
Boya está acusado de dos delitos contra la fauna y el fiscal también solicita, además de la pena privativa de libertad, que se le inhabilite durante tres años y medio para ser ganadero y que se le prohíba cazar y pescar durante cinco años y cuatro meses. Por su parte, Medan está acusado de un delito de violación de secretos y dos delitos contra la fauna y, además de la cárcel, también le piden una multa de 5.400 euros, que se le inhabilite para empleo o cargo público durante un año y seis meses y tres años y medio para el oficio de agente de medio ambiente, y que se le prohíba cazar y pescar durante 5 años y cuatro meses.
El plantígrado murió al ingerir anticongelante en un señuelo
La Fiscalía considera que Medan, técnico especialista en el seguimiento y control del oso, conocía la geolocalizacion de Cachou y, “sabiendo que tal información era restringida, facilitó tal localización al otro acusado, José Antonio Boya, a sabiendas de la intención que este tenía de eliminar al mencionado oso”. En cuanto a Boya Quintana, considera que “con intención de atraer al oso Cachou con el fin de su muerte, colocó en las inmediaciones de las coordenadas en un bosque de Les un señuelo untado en un producto con etilenglicol (anticongelante) para que ingiriera este veneno”.