LLEIDA
Carreteras de Lleida registran cada semana desde primavera 4 aludes de piedras y rocas
Suman en total 104 desprendimientos en la red viaria de la demarcación, a los que hay que sumar los de la N-230 a su paso por Aragón. Episodios de lluvia tras la sequía propician inestabilidad del terreno
La red viaria leridana registra más de cuatro desprendimientos de rocas y piedras por semana desde la pasada primavera, que han afectado de alguna manera a la calzada y la movilidad. Estos desprendimientos van desde pequeñas piedras en las vías hasta grandes movimientos de tierra. El Sobirà (18), el Alt Urgell (18) y el Jussà (14) son las comarcas que más afectación han tenido y suman 50 aludes de rocas de distintos tamaños en vías de la Generalitat, locales o estatales que afectaron a la circulación de las vías o en cascos urbanos.
Según Protección Civil durante los últimos seis meses se han contabilizado en la demarcación un total de 104 desprendimientos a los que hay que sumar otros registrados en carreteras del Estado cuyo trazado transcurre parcialmente por Aragón, como el registrado el pasado jueves en la N-230 (Lleida-Francia por Aran) en la zona de Escales, que obligó a dar paso alternativo durante más de cuatro horas. A estas tres comarcas les siguen La Noguera, con 13, y el Solsonès, con 11 aludes, la Alta Ribagorça y Les Garrigues suman 12, seis cada una; 4 la Val d’Aran, igual que el Segrià y lo mismo sucede en la Segarra y el Urgell, que suman 6 aludes, y 1 la Cerdanya. El Col·legi de Geòlegs de Catalunya impulsó un observatorio, el Georisc, que se propuso elaborar un estudio monográfico sobre el riesgo de desprendimientos en la red viaria y ferroviaria de Catalunya.
El reto es tener una fotografía actual de esta problemática y determinar las recomendaciones técnicas más apropiadas para intentar minimizar el riesgo, aunque asumiendo que el riesgo cero no existe. El responsable del Área de Riesgo Geológico del Institut Cartogràfic de Cataluya, Pere Buxó, considera que si los incidentes geológicos son tan numerosos es debido al efecto de la lluvia después de varias temporadas de sequía. Buxó añadió que este “no es un año con muchos desprendimientos, aunque de seguir las lluvias pueden registrarse picos de aludes”, dijo.
Casos en Santa Engràcia, el Eix Pirinenc y la N-230 en la Ribagorça
El último desprendimiento remarcable con afectación a Lleida se registró en la N-230 en Escales. El mismo día en Balaguer hubo otro alud que obligó a desalojar a dos familias. En primavera en el Eix Pirinenc (N-260) en Baro, Soriguera, uno más cerró la carretera al desprenderse rocas y piedras. Este fue el segundo en esta vía a su paso por el Sobirà en un mes después de otro en Baix Pallars. En marzo, en el pueblo de Santa Engrància, en Tremp, un desprendimiento de piedras de gran volumen de una ladera dañó una vivienda y se desalojaron otras casas de la zona.