Malas prácticas en la recolección de setas preocupan a comunidades locales
Incremento de grupos que "arrasan" bosques genera debate sobre regulación de la actividad en Parque Natural del Cadí-Moixeró y otras zonas de Cataluña
La proliferación de malas prácticas por parte de algunos recolectores de setas en los bosques de España ha generado gran preocupación entre vecinos y propietarios forestales, quienes abogan por una regulación más estricta de esta actividad. En el Parque Natural del Cadí-Moixeró, uno de los principales focos de la problemática, se ha detectado un aumento significativo de grupos que acceden a fincas privadas sin permiso para extraer setas de forma masiva.
Según Lluís Pallarès, subinspector de los Agentes Rurales, la Ley Forestal establece la necesidad de contar con autorización de la propiedad para recoger productos forestales en terrenos privados. Sin embargo, admite que con los recursos actuales es "prácticamente imposible" realizar un control efectivo, por lo que se requiere una regulación más sólida.
Incremento de la presión en el Berguedà
En el Parque Natural del Cadí-Moixeró, una de las zonas buscadoras de setas por excelencia, se ha notado un incremento de este tipo de recolector. Joan Casòliva, técnico del parque, señala que "es un problema para el propietario porque le arrasan la finca y también para el buscador de setas que va a buscar setas para él porque ya no encuentra nada". La clave para evitar conflictos, según Casòliva, radica en la vigilancia.
Indignación entre propietarios forestales y buscadores de setas
La situación ha generado indignación entre los propietarios forestales, que ven cómo se saca un rendimiento económico de un producto de sus fincas sin que ellos participen. Ramon Enric Pintó, presidente de la asociación de propietarios forestales del Parque Natural del Cadí-Moixeró, lamenta que "el propietario del terreno esté en el margen de todo este negocio" y propone que el dinero recaudado con una eventual regulación se destine a la mejora de las fincas.
Por otra parte, los buscadores de setas también se ven perjudicados por la extracción masiva de setas, ya que a menudo no encuentran nada porque alguien más ya ha "arrasado" el bosque. Por eso, asociaciones como la Peña Buscadora de Setas de Berga, tradicionalmente contrarias a la regulación, ahora ven con buenos ojos la puesta en marcha de limitaciones. Ramon Minoves, miembro de la entidad, sugiere "licencias similares a las que ya existen en el campo de la pesca o la caza" e insiste en que "regular no quiere decir prohibir".