La CHE advierte del riesgo de desbordamiento de los barrancos por la intensidad de la lluvia

“Cuando llueve intensamente en terrenos como los bosques o dehesas, el agua de lluvia se infiltra poco en el terreno debido a varios factores, como la existebncia de pendientes pronunciadas y suelos poco permeables, generando en determinados casos flujos torrenciales”, advierten fuentes de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro), organismo que lleva todo el otoño advirtiendo, en cada episodio de lluvias, “podrían producirse crecidas súbitas de caudal en barrancos o cauces menores en aquellos lugares donde se den los chubascos más intensos”.

Hoy y mañana son días propicios para que ocurra, con una previsión de lluvia de hasta 50 l/m² en la cuenca baja del Segre.Ese proceso hidrológico, es el que se dió en el río Set en El Vilosell a principios de mes, con el resultado de varias hectáreas inundadas; en el centro de Tamarit de Llitera hace dos semanas, cuando la crecida de un antiguo barranco urbanizado como paseo provocó desperfectos; y el fin de semana en Prats i Samsor, donde la crecida arrastró un tractor, o en el Alcanadre en Ballobar, cuyos sotos permanecen inundados por el aumento de caudal.“Estamos asombrados por la frecuencia. En dos meses ha habido crecidas que no se salen de lo ordinario pero que han sido extraordinariamente seguidas”, explica la alcaldesa, Esther Saló.

También resulta sorprendente lo súbito de alguna de esas crecidas, como la que la semana pasada elevó 70 centímetros en el nivel del Sió en Bellver o la que el 5 de septiembre lo subió un metro, en ambos casos en dos horas. Esas crecidas de carácter súbito imprimen “energía al flujo de agua” y provocan el arrastre de materiales. “Cuanta más energía tenga el flujo, mayor es la capacidad del río para transportar sólidos, lo que puede causar daños a infraestructuras” y también a personas, advierten.

Los embalses ganan 75 hm3 en Lleida en solo siete 7 días

Las crecidas de los últimos días han disparado las reservas de los embalses de Lleida, que han aumentado en 75 hm3 en solo una semana. La mayor parte de esos volúmenes han pasado a estar almacenados en el sistema Segre-Pallaresa, donde han aumentado en algo más de 52 hectómetros según los datos de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro). Paralelamente, las reservas acumuladas en el Noguera Ribagorçana han crecido en casi 23 hm3. Entre esos dos sistemas suman 2.050 hectómetros cúbicos, que resultan ser 658 más que hace un año. Ese volumen supone prácticamente un 50% más que hace un año. Mientras los dos grandes embalses, Canelles en el Ribagorçana y Rialb en el Segre se encuentran al 40,3% y el 53,6%, otros como Escales, en el primero de esos ríos, se acerca al 95%. Eso ha obligado a la CHE a efectuar maniobras de vaciado para generar espacio con el que laminar próximas crecidas.