LLEIDA
Condenado a 11,5 años por violar a su hijastra durante una década
Entre 2003 y 2013, hasta que la víctima alcanzó la mayoría de edad. Renunció a ser indemnizada: “Lo único que quiero es que no se lo vuelva a hacer a nadie”
La Audiencia de Lleida ha condenado a 11 años y medio de prisión a un hombre de 47 por abusar y violar a su hijastra durante una década, entre los años 2003 y 2013. El tribunal considera probado que el hombre hizo tocamientos y obligó a la víctima a mantener relaciones sexuales desde que tenía siete años hasta que cumplió la mayoría de edad. La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Se da la circunstancia de que la víctima ha renunciado a ser indemnizada. En el juicio, celebrado el pasado 26 de septiembre, afirmó que “lo único que quiero es que no se lo vuelva a hacer a nadie más”. La Fiscalía y la acusación particular pidieron una condena de doce años de cárcel, mientras que la defensa solicitó la absolución.
La Audiencia condena al acusado por un delito de abuso sexual y no de agresión porque los hechos tuvieron lugar antes de la reforma del Código Penal conocida como la ley del “sólo sí es sí”, que entró en vigor en 2022. Desde entonces, las conductas que antes constituían abuso se integraron en el delito de agresión. En cambio, en este caso se considera que no hubo ni violencia ni intimidación. En el fallo, el tribunal afirma que “los tocamientos y contactos sexuales con la menor se ejecutaron en el marco de una relación mantenida en el tiempo, presididos todos ellos por un dolo unitario (...), aprovechando el acusado la superioridad y facilidad comisiva que le proporcionaba su situación en el núcleo familiar”.La joven explicó que el acusado le enseñaba sus partes íntimas, le obligaba a masturbarlo o le enseñaba vídeos de contenido sexual sadomasoquista. Asimismo, declaró que, a partir de los 12 años, los abusos se intensificaron. “Un día me llevó a la habitación y me tiró sobre la cama de mi madre y me penetró”, detalló entre otros episodios. Sin embargo, no lo denunció hasta 2021. Explicó que decidió hacerlo porque tenía miedo a que le pudiera pasar lo mismo a su hija, que había nacido en 2019. Añadió que un mes antes de la denuncia hubo una discusión en casa, cuando acusó a su padrastro de “violador” y dijo que este lo admitió, algo que corroboraron la madre y el abuelo de la víctima. En cambio, el acusado negó las agresiones. El tribunal determina que toda la práctica de la prueba “contribuye a dotar a la declaración de la denunciante de una credibilidad que no puede verse afectada en este caso por su tardanza en la interposición de la denuncia, lo cual no ha de resultar extraño en supuestos como el presente, en que el objeto de la denuncia son unos actos abusivos sobre una persona menor de edad, dirigiéndose además la misma contra un miembro de la unidad familiar, no siendo infrecuente en estos casos que la persona victimizada no pueda denunciar el hecho al tiempo de producción”.