LLEIDA
La defensa cambia absolución por homicidio en el crimen de Les Borges
Pide que se tenga en cuenta legítima defensa y confesión y las acusaciones mantienen el asesinato. 'La cuchillada atravesó el cuerpo de la víctima', según forenses
La Audiencia de Lleida acogió ayer la cuarta jornada del juicio contra J.G.G. por matar a Karol Mrizo en Les Borges Blanques el 9 de octubre de 2022, y el abogado defensor cambió su escrito de calificación, en el que inicialmente pedía la absolución, por un delito de homicidio. Asimismo, solicitó que, en caso de condena, se le apliquen las atenuantes de defensa propia y confesión. La sesión comenzó con la declaración de dos peritos forenses que señalaron que el arma del crimen, un cuchillo de 36 centímetros de hoja, “entró por la arte izquierda del abdomen de la víctima y le llegó hasta el pulmón derecho, haciendo una trayectoria oblicua, fracturando una costilla y lesionando el diafragma, el bazo y la arteria aorta”. Asimismo, dijeron que el arma “le atravesó el cuerpo de un lado a otro”. La causa de la muerte fue la pérdida de sangre procedente de la herida en la aorta, precisaron. También declararon que en las uñas de la víctima solo hallaron su ADN.
Por su parte, agentes de los Mossos d’Esquadra de genética forense expusieron que la sangre encontrada en la hoja del cuchillo coincidía con el perfil genético de la víctima, pero que en el mango no pudieron hallar una coincidencia válida. El juicio continuará hoy con los informes de las partes ante el tribunal popular. La Fiscalía pide 20 años de cárcel y la acusación particular, 25, por asesinato al sostener que el acusado actuó con alevosía y sin que la víctima pudiera defenderse. Una vez presentados los informes, el jurado se retirará a deliberar para emitir su veredicto.
“Le pinché pero no tenía intención de matarlo”
La declaración del acusado cerró ayer el turno de las testificales en el juicio y señaló que actuó porque tenía mucho miedo y temía por su vida y por la de su familia. Explicó que el día del crimen la víctima sospechaba que su hermano le había robado dos kilos de marihuana y las familias se encontraron para tratar este tema. Dijo que, en un primer encuentro en el cementerio, la víctima les amenazó con una barra de hierro. Más tarde, volvieron a verse ambas partes en el escenario del crimen. El autor confeso dijo que la víctima “nos amenazaba en todo momento” y que él “lo único que quería es que dejara en paz a mi hermano”. “Le dijo que él no le había robado, pero que estaba dispuesto a darle el dinero, pero me dijo que no, que quería llevarse a mi hermano y acabar la faena”. Añadió que se inició un forcejeo entre él, la víctima y el padre de esta. “Me pareció que llevaba una barra de hierro en la mano, un amigo mío sacó un cuchillo”, dijo. Entonces, “cogí el cuchillo con el miedo y pinché”. Añadió que se fue corriendo, tiró el cuchillo y que dos días después se presentó en la comisaría de los Mossos de Lleida por iniciativa propia. “Desde el primer momento dije que yo lo hice” y pidió perdón a la familia y amigos de la víctima. “No tenía intención de matarlo”, aseguró.