El Segarra-Garrigues ofrece al Urgell infraestructuras para su modernización

El Canal d'Urgell y el Segarra-Garrigues podrían compartir balsas de regadío que este último no utiliza y que contribuirían a la modernización del primero. Se trata de embalses ubicados en zona limítrofe entre ambos e infrautilizadas al quedar miles de hectáreas excluidas del riego en 2010 a causa de la protección de las aves.

El Canal Segarra-Garrigues ha ofrecido al vecino Canal d’Urgell balsas de su zona regable infrautilizadas al estar en zonas de protección de las aves esteparias (zepas) para que el veterano regadío las utilice dentro de sus proyectos de modernización y ahorre al menos 65 millones de euros.

El presidente del Segarra-Garrigues, Josep Maria Jové, anunció ayer que un estudio ya en manos de la Generalitat contempla esta solución, que parte de que el nuevo canal se sitúa en una cota 100 metros superior a la del Urgell, lo que daría al riego tradicional diez kilos de presión natural y evitaría bombeos. Se trata de unas tres balsas en desuso tras la creación de las zepas en la zona limítrofe con el Urgell y varias más a medio gas.

Lo dijo durante la jornada sobre los retos del agua organizada en Lleida por SEGRE y la Fundació Horitzons 2050, que lidera Antoni Gelonch. Más tarde, el presidente del Urgell, Amadeu Ros, recogió el guante y señaló que el ahorro sería mucho mayor, de hasta “200 millones”. En este contexto enmarcó la propuesta que lanzó en marzo de fusionar ambos canales.

Ros dijo también que los primeros cuatro proyectos de modernización pueden ahorrar 20 hectómetros cúbicos de agua, “cuando el Segarra-Garrigues ha gastado en la campaña 28”.

Jové participó en una mesa centrada en la gestión del Segarra-Garrigues por parte de Aigües Ter-Llobregat, dependiente de la Generalitat, que compartió con Antoni Enjuanes, subdirector general de Infraestructuras Rurales, quien defendió la negociación entre ambas comunidades de regantes para compartir infraestructuras. Enjuanes aseguró que el cambio de empresa gestora del Segarra-Garrigues (de Acuaes a ATL) “no implica un cambio de destino del agua”. En cuanto a las zepas, Jové pidió revisarlas y “que se mire si pueden compatiblizarse” con el regadío. Pere Roqué, de Asaja, señaló durante esta jornada que “somos los primeros interados en no repetir la situación de 2023” de cierre de canales por la sequía. La jornada fue inaugurada por la secretaria general de Agricultura, Cristina Massot, y clausurada por el presidente de la CHE, Carlos Arrazola.

Los ingenieros defienden la interconexión de aguas en Catalunya

El Observatorio Intercolegial del Agua, formado por los colegios de Ingenieros Industriales de Catalunya; Agrónomos; Caminos, Canales y Puertos y Economistas, propone la conexión de las redes de agua en el conjunto de Catalunya. Lo hizo ayer durante la jornada a través del ingeniero Albert Vilalta, que defendió que sean conexiones “bajo el concepto de temporalidad” y reversibilidad. La conexión del Ebro con las cuencas internas, que el Observatorio prevé presentar hoy con un nuevo documento de bases en Barcelona, tiene un coste de unos 300 millones de euros y unos ocho meses de obras al tratarse de la prolongación del minitrasvase a Tarragona. Pero también citó una aportación del Canal d’Urgell tras la modernización. Manolo Tomàs, portavoz de la Plataforma en Defensa de l’Ebre, dijo que un trasvase de agua a las cuencas internas perjudicaría el medio ambiente y favorecería un modelo desequilibrado de país, a lo que añadió que “se ha cambiado de estrategia: ahora intentan hacer llegar agua al área metropolitana con la mejor conflictividad posible”.

José Luis Pérez y Ramon Pique, presidentes del Canal de Aragón y Catalunya y Pinyana, mostraron el pacto de Pinyana de 1992 como ejemplo de entente entre comunidades de regantes en lo que fue una cesión de agua del Noguera Ribagorçana al Ésera. Pérez no descartó la inteconexión de todas las cuencas en un contexto de cambio climático. Añadió que “el agua necesaria para abastecimientos es ridícula” y explicó que el canal suministra en tres meses de la campaña 50 metros cúbicos por segundo a los regantes. Piqué defendió que la modernización, que se ha emprendido en Pinyana, “permite nuevos cultivos y nuevas industrias paralelas” y abogó por un discurso agrario alejado del pesimismo y que los agricultures se defiendan ante las acusaciones de “despilfarro y contaminación”.