Ingenieros y Economistas plantean un gran pacto con los usuarios del Segre para llevar agua a Barcelona en casos de emergencia
Estiman que el canal d'Urgell podría aportar puntualmente 50 hectómetros cúbicos de agua y a cambio se financiaría su modernización
El Observatorio Intercolegial del Agua, formado por cuatro colegios profesionales de Catalunya, ha propuesto este miércoles un gran pacto entre el área metropolitana y los usuarios del río Segre para llevar agua a Barcelona en casos de emergencia por sequía. Dentro de un documento llamado Bases para la Transición Hídrica, los colegios de Agrónomos, Ingenieros Industriales, Economistas e Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos han lanzado un proyecto para interconectar a medio plazo las cuencas hidrográficas de Catalunya, pero también para modernizar los regadíos, especialmente del Urgell, y fomentar un ahorro de agua que permita tanto ampliar la superficie regable como generar un excedente que abra la puerta a llevar agua al área metropolitana en casos de urgencia.
El documento estima que el Urgell podría aportar puntualmente 50 hectómetros cúbicos de agua, equivalentes a un 20% del ahorro de agua para la modernización. A cambio, habría que financiar esta modernización con dos partidas: una para la infraestructura general, de 3.960 millones de euros, y la otra para el amueblamiento interior de las fincas, de 1.080 millones.
El documento presentado este miércoles se ha inspirado en parte en el movimiento del Compromís per Lleida impulsado hace más de diez años y que iba en esta dirección. Lleva la firma de expertos como Joan Girona, Carles Conill o Albert Vilalta. Los expertos no han definido cómo se tendrá de conectar el canal de Urgell con las cuencas internas.
Aparte de la modernización de riegos y la conexión con el Urgell, el Observatorio incide en la prolongación del minitrasvase de Tarragona (CAT-ATL), que implicaría una gran autopista del agua que conectaría la red de Girona, con la de Aguas Ter-Llobregat y la de Tarragona (ya en la cuenca del Ebro).
También en las desaladoras (hasta 6), la regeneración y el reaprovechamiento del agua, el ahorro de agua en origen (mantener el consumo por debajo de los 120 litros por habitante y día, actualmente vigente en el área metropolitana), la reducción de pérdidas en las redes urbanas de abastecimiento y la recuperación de acuíferos. La inversión global para garantizar el suministro a veinte años vista se eleva, según el documento presentado, a 21.960 euros.