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Se cumplen 30 años de una tragedia que conmocionó a todo un país

Andorra recuerda el trágico choque de un camión sin frenos contra un supermercado en Escaldes que dejó nueve muertos y más de 40 heridos

Vista de las retenciones registradas ayer en Andorra, tanto en sus accesos como en el interior.

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El 6 de diciembre de 1994, alrededor de las cuatro de la tarde, un camión de gran tonelaje sin frenos impactó violentamente contra el supermercado Monsa en Escaldes, Andorra. El trágico accidente dejó un saldo de nueve personas fallecidas, todas ellas mujeres, y más de 45 heridos. La vida de muchos cambió para siempre en cuestión de segundos. Lo recuerda hoy el Diari d'Andorra.

Aquel fatídico día coincidía con la presentación del programa de gobierno de Marc Forné, único candidato para suceder a Óscar Ribas como jefe de gobierno. Además, era el inicio del puente festivo de la Purísima y la avenida Carlemany estaba abarrotada de visitantes. Poco antes de las 16:00 horas, el camión conducido por Jean-François Passini se saltó un semáforo en rojo debido a una avería en el sistema de frenos, impactando de lleno contra el supermercado Monsa.

Reacciones inmediatas y labor de los servicios de emergencia

Carles Bozzo, actual jefe de circulación de Escaldes-Engordany, relata cómo él y su comandante Serrano presenciaron el paso del camión descontrolado a escasos metros de ellos. Al asomarse, se encontraron con una escena dantesca, "un campo de batalla". Por su parte, Manel Pelegrina, actual inspector mayor de la policía, recuerda la tensión y el caos inicial al llegar al lugar del siniestro.

Los servicios de emergencia se organizaron rápidamente, a pesar de no contar con un protocolo específico para tragedias de esta magnitud. Los bomberos se dividieron en tres grupos: uno para recoger el azúcar derramado, otro para transportar heridos y un tercero para controlar el incendio originado en uno de los vehículos arroyados. La colaboración ciudadana fue clave, con personas utilizando sus propios vehículos para trasladar heridos al hospital y motoristas buscando médicos por la zona.

Historias personales y el impacto en la comunidad

Entre las ruinas y los sacos de azúcar esparcidos por el supermercado, Manel Pelegrina encontró a un hombre desorientado y herido que solo preguntaba por su perro, sin saber que su esposa había fallecido en el accidente. La tienda Casa Canut, ubicada frente al lugar del siniestro, se convirtió en un improvisado centro de ayuda, brindando agua y mantas a los afectados.

Carles Bozzo, mientras retiraba los vehículos siniestrados con su grúa, descubrió a un hombre atrapado en su jeep junto a un gato enloquecido que no dejaba de arañarlo. Bozzo trabajó incansablemente durante horas, retirando incluso automóviles con personas fallecidas en su interior, hasta que fue relevado por sus compañeros de Andorra la Vella.

Consecuencias y lecciones aprendidas

En los días posteriores a la tragedia, un silencio sepulcral se apoderó de la comisaría de policía debido al desgaste físico y psicológico de los agentes. A pesar de la juventud y la sensación de invencibilidad, el accidente dejó una profunda huella en todos los involucrados. Sorprendentemente, el supermercado Monsa reabrió sus puertas con normalidad apenas 48 horas después del siniestro.

Cuatro años más tarde, durante el juicio por el atropello, el conductor Jean-François Passini, sin trabajo y con su pareja planteándole la separación, decidió quitarse la vida de un disparo de escopeta en la cabeza. Una trágica secuela de aquel fatídico día que conmocionó a todo un país.

El 6 de diciembre de 1994, un camión sin frenos impactó contra un supermercado en Escaldes, Andorra, dejando nueve muertos y más de 45 heridos. La tragedia conmocionó al país y puso a prueba la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia. A 30 años del accidente, se recuerdan las historias personales y el impacto duradero en la comunidad.

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