Nevadas de más de 60 centímetros aseguran el inicio del esquí como muy tarde el viernes

La estación meteorológica de Lac Redon (Vielha) situada a 2.247 metros de altitud, marcaba ayer una temperatura media de 7,8 grados negativos y un espesor de nieve acumulado de 74 centímetros. Es un ejemplo de cómo han quedado las cotas altas del Pirineo tras un temporal de nieve y frío que ha durado tres días y ha servido para asegurar el inicio de la temporada de esquí, una semana más tarde de lo previsto, pero con garantías de manto blanco. Cientos de personas trabajan desde el fin de semana en preparar la nieve para los esquiadores, que en el caso de las estaciones de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC), Port Ainé, Espot y Boí Taüll, podrán estrenar el viernes. La empresa pública de la Generalitat avanzó ayer que sus estaciones en Lleida han registrado estos tres días espesores de hasta 65 centímetros de nieve. Se les une la previsión de nuevas nevadas a partir de mañana y de bajas temperaturas, que permitirán mantener la producción de nieve con cañones. El fin de semana ofrecieron algunos remontes y ayer Port Ainé recibió a algunos aficionados pese a estar todavía cerrada.

También Baqueira abrirá esta semana, si bien ayer descartó avanzar si lo hará el jueves o el viernes. En la cota 1.500 de la estación aranesa se acumulaban también 60 centímetros de nieve nueva. La nevada se mantuvo e impidió abrir el puerto de la Bonaigua a la circulación por riesgo de aludes. Otras cinco vías (dos tramos más de la C-28, además de la N-141, la C-142b, ambas en Aran, y la L-501 en La Vall de Boí) estuvieron afectadas por la nieve y fue necesario usar cadenas para circular.

La Bonaigua, aún cerrada por riesgo de aludes, y otros cinco tramos de vía afectados por la nieve

Las pistas de Andorra abrieron ayer de forma generalizada. Mientras, Masella, en manos privadas, prevé hacerlo hoy con una pista, que irá ampliando.