Dos de los tramos de carretera más seguros de Catalunya se encuentran en Lleida
Según un estudio del RACC, que no detecta ningún tramo con riesgo 'alto' o 'muy alto' en la provincia
El índice que mide la probabilidad de sufrir un accidente en la carretera ha crecido un 5,7% en los últimos tres años en el conjunto de la red vial catalana, según el 23.º estudio IRAP del RACC. No obstante, las carreteras de la demarcación de Lleida salen bien paradas. Y es que entre los 10 tramos con el mayor peligro, no hay ninguno de leridano. Además, Lleida sitúa dos tramos en el ranking de las carreteras más seguras. Así, entre las vías con menos riesgo de accidente en Catalunya se encuentran un tramo de la AP-2 que va desde el límite con el Aragón hasta la salida de Lleida, con una longitud de más de 19 kilómetros, y de la A-14 entre el enlace de la A-2 y Almenar, con una extensión de más de 15 kilómetros. En estos tramos no se ha registrado ningún accidente mortal ni con heridos graves entre 2021 y 2023.
Por otra parte, el incremento de la peligrosidad en el conjunto de Catalunya se explica porque la siniestralidad con víctimas mortales o heridos graves ha subido un 14% pero la movilidad sólo lo ha hecho un 8%. El informe ha mostrado que las posibilidades que tenga lugar un accidente grave son 4 veces mayores en carreteras convencionales y que el 45% de los siniestros graves tienen una moto implicada. La Arrabassada vuelve a ser la vía más peligrosa y el tramo que concentra más accidentes es el enlace de la A-2 con la AP-2 y con la B-20, la B-10 y la C-32.
El informe iRAP (antes EuroRAP) se ha dado a conocer este miércoles y recoge el periodo 2021-2023, de forma que empieza después de la pandemia, cuando todavía había restricciones de movilidad. Así, hace una fotografía de los últimos tres años en los que los conductores han tenido que adaptarse a la "nueva normalidad".
Cristian Bardají, director del área de Movilidad del RACC, ha detallado que a diferencia de la tendencia de años anteriores, el índice de riesgo, que mide las probabilidades de sufrir un accidente, ha crecido un 5,7% en este trienio. Este hecho se explica porque el número de accidentes con víctimas mortales y heridos graves ha subido un 14%, de 509 a 581, mientras que la movilidad sólo ha crecido un 8%. "Los datos nos dan un toque de alerta porque vemos que están evolucionando de forma diferente a cómo lo hacían hasta ahora teniendo en cuenta que el objetivo sigue siendo reducir a cero a las víctimas mortales en 2050 y recortarlas un 50% en 2030", ha apuntado Bardají.
En este sentido se ha expresado el presidente del RACC, Josep Mateu, que ha recordado que desde 2000 el número de víctimas mortales se ha rebajado drásticamente, pasando de 700 a 181. "La diferencia es notable pero nuestro objetivo sigue siendo llegar a cero", ha remarcado.
Más accidentes en las carreteras convencionales
El estudio IRAP evalúa el riesgo de accidentalidad y la concentración de accidentes teniendo en cuenta el volumen de tráfico que circula por cada tramo de carretera para obtener una radiografía de la distribución del riesgo y conseguir mejorar la seguridad vial en los puntos más afectados.
Así, el trabajo ha analizado más de 6.300 km de la red viaria catalana, donde se concentra el 93% de la movilidad del territorio y donde tienen lugar el 78% de los accidentes con heridos graves y víctimas mortales. Según han indicado los responsables del RACC, un 24% de la red viaria analizada presenta un riesgo alto o muy alto de accidente grave o mortal. Además, también han señalado que en las carreteras convencionales, las que no están desdobladas, la probabilidad de sufrir un siniestro con consecuencias "lesivas graves o mortales" es cuatro veces mayor que en el resto. "Eso pone de manifiesto las bondades que tienen las carreteras desdobladas sobre las convencionales en materia de seguridad", ha apuntado a Bardají.
En el 45% de siniestros hay motos implicadas
Otra de las conclusiones destacables del informe es que en el 45% de siniestros graves y mortales registrados en este periodo han participado motocicletas. Bardají ha asegurado que combatir este fenómeno y revertir esta cifra tiene que ser una prioridad, dado que esta tipología de vehículos sólo representan un 2,4% de la cifra global de movilidad. Por otra parte, el estudio también ha indicado que desde 2013 los accidentes en bicicletas implicadas se han mantenido al alza, con un aumento del 75%.
L'Arrabassada vuelve a liderar el listado de carreteras más peligrosas
Un año más, L'Arrabassada ha vuelto a ser considerado la carretera más peligrosa de Catalunya, sobre todo por la elevada cifra de siniestros con motocicletas implicadas que tienen lugar. En este sentido, los datos han señalado que del 100% de los accidentes registrados entre 2021 y 2023, todos tenían una moto implicada. David Prat, director general de Infraestructuras de Movilidad del Departamento de Territorio, se ha referido a esta vía y ha asegurado que la Generalitat "ya no sabe que más hacer" para reducir los accidentes. Ha explicado que en los últimos tres años se ha producido diez siniestros graves, ninguno mortal, pero todos con motos. Ha recordado que el año 2022 se hizo una inversión de 700.000 euros en separadores de flujos y cunetas pisables para mejorar la seguridad en la vía. "Hemos hecho muchas intervenciones pero vemos que no hay una correlación entre los accidentes que hay y las mejoras que se pueden hacer", ha señalado Prat que se ha mostrado convencido de que en esta carretera "hay un problema de incivismo".
Aparte de L'Arrabassada, en este listado también figuran otras vías como la T-314 entre Cambrils y Reus; la B-502 entre Vilassar de Mar i Argentona; la BV-5001, entre Martorelles y Vilanova del Vallès; la TP-7225, entre Reus y el Morell; la GI-64, entre Torroella de Montgrí y el Estartit; la BP-2151, entre Sant Sadurní d'Anoia y Sant Pere de Ribes; la GI-643 entre Torroella de Montgrí i Parlavà; la BV-1201, entre Olesa i Castellbisbal y la GI-673 y GI-674 entre Caldes de Malavella y Llagostera. Por el contrario, la carretera más segura y, por lo tanto, la que tiene menos riesgo de accidentes, es la C-25 entre Gurb y Calldetenes. A pesar de su alta intensidad (más de 20.000 vehículos diarios) no ha registrado ningún accidente mortal o grave en el último trienio. La sigue el tramo de la A-7 que va de Vandellós a Cambrils, el de la C-16 entre Navàs y Gironella y el de la B-40 entre Viladecavalls y Terrassa. Entre los tramos más seguros también figuran los de la Ap-2 y la A-14 en Lleida antes mencionados.
La A-2 vuelve a encabezar las vías con más concentración de accidentes
Tal como ya pasó en la anterior edición del estudio, el enlace de la A-2 con la AP-2 y con la B-20, la B-10 y la C-32 ha vuelto a ser el tramo que concentra más accidentes. Lo sigue de bien a cerca de la C-58 entre Cerdanyola del Vallès y Barcelona y la zona del Nus de la Trinitat. De acuerdo con el estudio, más de la mitad de los tramos con más accidentes se encuentran en el área metropolitana de Barcelona donde hay elevadas densidad de tráfico. Al mismo tiempo, los datos muestran que en el 76% de los siniestros que tienen lugar en estas zonas ha sido involucrada una motocicleta.