COMARCAS
Testan en Binèfar un sistema pionero para atajar enfermedades emergentes
La primera fase descarta la presencia de mosquitos transmisores de la malaria
“El objetivo es tener el dispositivo preparado para poder actuar en caso de que surja un incidente”, explica Ignacio de Blas, epidemiólogo y profesor de la facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, que coordina el proyecto pionero sobre prevención de la transmisión de paludismo o malaria que ese centro ha desarrollado en los últimos meses en Binéfar en coordinación con el Gobierno de Aragón.
¿Y por qué se elige la capital de la Llitera para desarrollar un trabajo de ese tipo sobre las enfermedades emergentes vectoriales? Básicamente, porque sobre el papel se dan las condiciones para que en esa comarca pueda darse un brote: coincide una elevada presencia de habitantes que viajan con frecuencia a zonas donde esa enfermedad tiene presencia y se dan, como en la mayor parte del prepirineo y el valle del Ebro, las condiciones ambientales y meteorológicas para que pueda asentarse en ella el mosquito anapheles, que es el principal vector de esa patología.
No obstante, el estudio de las poblaciones de insectos que han desarrollado en la zona en los últimos cuatro meses, en los que han capturado y estudiado los mosquitos que iban capturando mediante trampas CDC con luz blanca, ha descartado que en la actualidad haya ejemplares de anopheles allí.
Tampoco ha habido este año casos de malaria, de la que la zona de salud de Binéfar concentraba en los últmos años en torno al 40% de los casos de todo Aragón (43 este año, 52 el pasado y 26 el anterior), en todos los casos importados.
“En las zonas de riesgo se solapan el mapa de casos importados o plasmogenia y el del llamado vector competente, que en este caso es el mosquito anopheles”, explica De Blas, quien añade que para hacer frente a esas situaciones “hay que disponer de equipos y de personal formado, y tener el dispositivo preparado para actuar. Esto no se improvisa de un día para otro”.
Ese dispositivo, en cuyo diseño ha estado trabajando el equipo de De Blas, contempla que el sistema de salud pueda lanzar la alerta en caso de detectar a personas con la patología mientras los epidemiólogos centran su tarea en vigilar la eventual presencia del parásito del género plasmodium en los mosquitos que va capturando el personal del Gobierno de Aragón.
“Identificar el parásito puede permitir centrar la vigilancia en determinados grupos de personas en funcion de su origen geográfico”, añade el epidemiólogo de la Universidad de Zaragoza.