Empieza la obra para rebajar el riesgo de riadas en Fraga

Las máquinas han comenzado a trabajar en la obra clave para la protección del casco urbano de Fraga frente a las crecidas del Cinca: el retranqueo (traslado) del dique de la zona norte de la ciudad cien metros hacia el oeste, para aumentar en casi quince hectáreas la sección de paso de la canalización, de manera que su capacidad de transporte crezca para soportar una crecida con retorno de 500 años frente a la de los cien años para la que fue construida hace cuatro décadas, tras la riada de 2.100 m3/s de noviembre de 1982. Los trabajos se enmarcan en el proyecto Cinca Revive, una actuación de 3,74 millones de euros, 3,55 de ellos aportados por la Fundación Biodiversidad, dependiente del Miteco (Ministerio para la Transición Ecológica). Su objetivo consiste en proteger el área del casco urbano de Fraga situado en la margen derecha del río, es decir, el llamado barrio de Las Afueras (aunque concentra el grueso de la ciudad), frente a esas crecidas y trasladar la llanura de inundación la zona sur de la ciudad, fuera de la zona poblada. 

El proyecto, que contempla además de ceder esas 14,8 ha al río para evitar desbordamientos, crear un área de 27,17 ha de choperas y otra de 27,32 ha de bosque de ribera, una vegetación cuyo principal efecto en caso de avenida es el de reducir la velocidad a la que circula el agua y hacer más resiliente la canalización. 

El catálogo de actuaciones también incluye el acondicionamiento de un camino circular de casi cinco km de longitud, tres de los cuales discurrirán por el cauce mientras los otros 1,9 se completarán con una senda sobre el nuevo dique. El proyecto, el principal de tipo urbanístico programado en Fraga para esta legislatura, ha creado tensiones con el cercano municipio de Velilla, donde temen que el cambio de la sección hidráulica pueda causarles perjuicios en caso de riada, y en la misma Fraga, donde no todo el mundo comparte las estimaciones de caudales. 

El proyecto incluye la eliminación de una amplia zona colonizada por un cañaveral alóctono (Arundo donax), la retirada de un basurero y una escombrera del lecho y el intento de recuperar la vegetación natural del meandro. En cualquier caso, el proceso de estrechamiento del cauce del Cinca en Fraga no es muy distinto del que se ha ido dando en la mayoría de los tramos fluviales urbanos del Estado. Según los datos de la CHE recogidos por Ecologistas en Acción, en 1956 la anchura del río a su paso por Fraga “oscilaba entre los 300 y los 853 metros, ocupando el agua unas 95 ha”. En 1998 la anchura había bajado a una horquilla de 146 a 690 metros y la superficie a 67,7 ha