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ENERGÍA LA ORDENACIÓN TERRITORIAL

Autorizan 8 parques con 674.000 placas solares en un radio de 8 km en el Urgell

La avalancha de instalaciones de renovables desata las alarmas en la Generalitat

Vista desde el santuario de la Bovera de parte de los terrenos afectados por uno de los proyectos. - LAIA PEDRÓS

Lleida

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La Generalitat ha autorizado 8 parques con 674.000 placas solares en 8 kilómetros en el Urgell. La acumulación de proyectos de energías renovables en rurales activa ya alertas en el Govern por el “goteo de propuestas” y la “falta de coordinación entre ellas”. Informes técnicos aconsejan valorar más sus “efectos acumulativos” antes de autorizarlos.

Una avalancha de ocho parques fotovoltaicos va a suponer la instalación de más de 670.000 placas solares en un radio de apenas ocho kilometros a partir de Verdú y que se extenderán por varias localidades del Urgell y la vecina Conca de Barberà, ya en Tarragona.

Dos de ellos, Les Roques y Cap Blanc, en Verdú y en Guimerà, acaban de obtener sendas declaraciones de impacto ambiental positivas, aunque con algunas condiciones, en la Ponencia de Renovables de la Generalitat. El primero supondrá la instalacion de 30.000 placas en 24 hectáreas (ha) y el segundo, la de 36.900 en 39,5 ha.

Los técnicos reclaman “una valoración conjunta del impacto acumulativo” de los proyectos en el medio

No son, ni mucho menos, los únicos previstos en la zona: el denominado Guimerà desplegará 66.984 paneles en una extensión de 66,6 ha en el municipio del mismo nombre, Camila incluirá 8.000 placas en 8,1 ha en Nalec, Els Vilars tendrá 83.376 módulos en 80,4 ha en Ciutadilla y Sant Roc incluirá otros 93.825 en una extensión de 99 ha en esos dos últimos términos.

A esos seis parques fotovoltaicos, que sumarán 318.995 placas y ocuparán 323,7 ha en un radio de apenas tres km, se les añaden otros dos, de una escala superior, en Vallbona de les Monges, Ciutadilla y, ya en Tarragona, Passanant i Belltall, Forès, Vallfogona de Riucorb y Montblanc. Se trata de los proyectos BCN Solar 1 y 2, de 242.582 placas y 258 ha el primero y de 123.136 y 145 el segundo, situados en un radio de 8 km de los anteriores y que elevan la propuesta total a 674.659 paneles y 721 ha.

La intensidad del despiegue de las renovables en escenarios rurales como ese, situado a caballo del Urgell y la Conca de Barberà, ha activado las alarmas en la propia Generalitat, que se muestra inquieta por la magnitud de los desarrollos.

“Aunque el territorio dispone (...) de un grado de ocupación relativamente bajo y una buena capacidad de acogida, hay que tener en cuenta que esta capacidad es limitada y conviene priorizar aquellas instalaciones que comportan un menor impacto ambiental”, advierten los informes sobre Les Roques y Cap Blanc, en los que la propia Ponencia de Energías Renovables muestra su sorpresa ante el creciente “goteo de propuestas” y “falta de coordinación entre ellas” en algunas zonas.

No es, con 202 MW de potencia solar en trámite en el Urgell o 196 eólicos de Les Garrigues, la única zona de Lleida con horizontes de aglomeración, algo, reseñan los informes, que“implica la transformacion de un paisaje de cultivos típicamente agroforestal con cultivos de secano a una nueva concepción”.

Esa “afección al paisaje y a los usos agrarios” requiere, sin perder de vista “la situación de emergencia climática” actual, “una valoración conjunta del impacto acumulativo del conjunto de las plantas propuestas en las proximidades”. El interés agrario, añaden, “condiciona la implantación extensiva de este tipo de infraestructuras, ya que se rebaja sensiblemente su capacidad de acogida”.

El ayuntamiento de Verdú consultó a los agricultores su opinión sobre los proyectos de parques solares que apuestan por instalarse entre este municipio y Guimerà. La alcaldesa, Georgina Procter, explicó que “en nuestro caso el parque solar está proyectado a más de 3 kilómetros del núcelo urbano, y afecta a tierras de secano con muchas piedras que en la actualidad no están produciendo”. En este sentido, añadió que “los agricultores afectados dieron su visto bueno al proyecto porque lo ven como una fuente de ingresos alternativa, como también lo sería para el ayuntamiento, teniendo en cuenta que somos un municipio sin zona industrial y no tenemos ingresos extra”. A pesar de ello, la edil insistió en la importancia de “no generalizar” y se mostró “comprensiva” con los municipios que rechazan este tipo de proyectos, “bien porque se encuentran muy cerca de los núcleos urbanos o porque afectan a tierras en producción”. También apuntó que “no es tan fácil que un proyecto acabe siendo una realidad, ya que antes tienen que superar muchos trámites administrativos”. La alcaldesa se mostró a favor de una mayor coordinación y de que los proyectos sean proporcionales al municipio y zona afectada.

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