FRAGA
«Una bibliotecaria tiene algo de psicóloga y de maestra»
La empleada municipal que ha dirigido el equipamiento cultural desde 1986 recibe de manos de Irene Vallejo el premio a la trayectoria ciudadana del PSOE fragatino
¿Que le pareció recibir el premio Ernest Lluch a la Solidaridad y el Progreso?
No me lo esperaba. Lo han recibido personas con una trayectoria social importante, y me preguntaba: ¿Por qué yo? ¿Por qué voy a merecerlo?
¿Y qué le parece a una bibliotecaria recibirlo de manos de alguien como Irene Vallejo, que ha vendido más de un millón de ejemplares de un libro que habla de libros y que tiene raíces fragatinas?
Irene es un encanto. Nos conocimos hace años, cuando vino a Fraga y participó en los grupos de lectura que estaban leyendo El silbido del arquero. Nos acercó a la literatura clásica, a Homero, y nos ofreció esas pinceladas de feminismo y de sabiduría tan suyas.
¿Cuánto tiempo ha llevado la biblioteca?
Desde 1986, empecé con la biblioteca cuando se trasladó al palacio Moncada, que había sido rehabilitado coo centro cultural. Yo era auxiliar de biblioteca y de cultura. Entré con Antonio Ibáñez de concejal y con Paco Beltrán como alcalde.
¿Y cómo han sido esos años?
Han sido interesantes; acelerados y exigentes como todos los empleos, pero eso se compensa con un trabajo que no es para nada monótono.
¿No es monótono el trabajo en una biblioteca?
Las bibliotecarias, y digo bibliotecarias porque la mayoría somos mujeres, hacemos un poco de psicólogas y un poco de maestras. Han sido unos años de aprendizaje y de trabajar para mi pueblo y mis ciudadanos.
¿Qué fondo bibliográfico tenía a su cargo?
En la biblioteca de Fraga, que tiene cuatro puntos de servicio (el central, el infantil y lo de los barrios de Litera y de Miralsot), hay 50.000 volúmenes, y dispone de un fondo local y de otro de tipo multimedia.
¿Y la gente lee?
Después de la pandemia la gente está regresando al papel. Lo que se había perdido un poco es la gente de la biblioteca, pero la estamos recuperando con jubilados jóvenes y con estudiantes.
¿Qué leen los jovenes?
Hay muchas peticiones de libros escolares y de estudio. Las mujeres, que son muy lectoras, se inclinan por las series, como las trilogías. Y también hay muchos jóvenes de familias de origen extranjero y con nivel académico alto que vienen mucho a la biblioteca para utilizar libros que en sus casas no siempre pueden comprar. También hay grupos de lectura.
¿Le queda algo pendiente tras haber pasado esas casi cuatro décadas en la biblioteca de Fraga?
Me gustaría que ninguna bibliotecaria llegara a jubilarse con un nivel profesional y salarial que no se corresponda con su preparación y con su trabajo. Tenemos que estar formándonos y poniéndonos al día de una manera contínua.