COMARCAS
Forestalia proyecta en Fraga once parques con 470.000 placas solares
Las plantas suman una potencia de 280 megavatios y requieren una inversión de 123 millones de euros. Forman parte del bloque para enviar la energía a L'Espluga por una nueva LAT
La compañía energética Forestalia proyecta construir en Fraga un bloque de once parques fotovoltaicos que conllevarán la instalación de 472.950 placas solares.
La solicitud de las autorizaciones para instalarlos, que se tramitan en tres bloques, ha sido sometida al trámite de exposición pública por el área de Industria y Energía de la subdelegación del Gobierno en Huesca para que los afectados puedan presentar alegaciones hasta finales del mes de febrero.
El proyecto se completa con seis parque eólicos que afectan a varias localidades del Baix Cinca Tanto las plantas solares como las de viento y la LAT se encuentran en la fase inicial del proceso
El proyecto contempla que el grupo de parques sume una potencia de 279,94 MW (megavatios) de potencia y su construccion requiera una inversión de 123 millones de euros, según las estimaciones de la propia empresa. Deberá evacuar su produccion hacia la subestación Cabañera, ubicada en el término de Fraga, para, desde allí, ser transportada hasta L’Espluga de Francolí a través de la LAT (línea de alta tensión) de 220 kv (kilovoltios) que promueve Forestalia tras haber sido rechazado por la Generalitat y por el Miteco (Mininisterio para la Transición Ecológica) el proyecto de línea MAT (muy alta tensión, de 400 kv) que impulsaba el mismo grupo por un trazado similar.
Siete de los once parques fotovoltáicos se proyectan por completo en terrenos del término municipal de Fraga, mientras que los otros cuatro afectan también al municipio de Ballobar y, de estos últimos, tres también al de Velilla de Cinca.
Los parque solares proyectados en Fraga se dividen en tres bloques. Uno lo forman los denominados Glen (19,64 MW, 33.300 paneles), Kara (22,92 y 38.820), Buri (22,92 y 38.820) y Magnética y otro, los llamados Atria (32,74 y 55.440), Avior (32,74 y 55.440) y Gondul (22,92 y 38.820).
El tercer bloque incluye a los bautizados como Berilio (29,47 y 49.920), Olrun (22,92 y 38.820) y Uror (27,83 y 47.100), que incluyen terrenos de Fraga, Ballobar y Velilla de Cinca, y Bor (22,92 y 37.950), que únicamente afecta a los dos primeros términos.
Todos ellos “cuentan con permiso de acceso a le red de transporte en la subestación eléctrica La Espluga” desde junio de 2023, aunque los permisos referentes a la línea entre la Cabañera y la infraestructura de la localidad tarraconense se tramitan en otro expediente.
El clúster diseñado por Forestalia se completa con seis parques eólicos que suman una potencia de 89,16 MW y que, entre otras localidades, se extienden por los términos bajocinqueños de Fraga, Ballobar, Candasnos y Ontiñena.
Los parques eólicos, denomindos Sigfrida, Sigrun, Sueva. Brunilda, Hervor y Mist, conllevarán la instalación en la comarca del Baix Cinca de la mitad de los 24 aerogeneradores que incluyen esas plantas.
Cada uno de ellos tendrá una altura de buje de 113 metros y aspas de 81,5, lo que supone que la cobertura de los molinos se acercará a los 200 metros de altura.
Los cuatro bloques de proyectos, los tres fotovoltáicos y el que engloba las plantas eólicas y la LAT, se encuentran en la fase inicial de su tramitación, que será de varios meses antes de que pueda disponer de los permisos oficiales.
Hecsa adapta 25 km de líneas en la Llitera para proteger a las aves
Hidroeléctrica de Catalunya (Hecsa), integrada en el grupo Endesa desde mediados de los años 90, está tramitando las autorizaciones para adaptar a la presencia de la avifauna 24,85 kilómetros de tendidos eléctricos que discurren por los términos literanos de Baells (3,98), Baldellou (3,04), Camporrells (2,6), Castillontoy (4,7) y Peralta de Calasanz (11,49). La iniciativa de la compañía afecta a las cinco líneas de baja tensión que suministran la energía a los cascos urbanos y los diseminados de esos cinco municipios literanos. La documentación presentada por la empresa al Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) concluye que “el impacto global del proyecto queda valordo como compatible”, ya que “una vez finalizada la obra se comprobará que la zona tiene las mismas o mejores condiciones que antes de que se realizara el proyecto”.