LLEIDA
El desarrollo industrial del corredor de la A-22 en Lleida tensiona el tráfico y la vivienda
La falta de oferta dispara los alquileres tras ganar más de mil vecinos en tres años
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El matadero Litera Meat de Binéfar emplea a alrededor de un millar de trabajadores leridanos. - AMADO FORROLLA
Los municipios del corredor de la autovía A-22, la antigua N-240 de Lleida a Huesca, empiezan a sufrir en forma de dificultades de acceso a la vivienda y de problemas de movilidad por falta de transporte público las consecuencias del intenso desarrollo industrial de la zona, en la que en un par de años se van a generar 5.000 nuevos empleos.
El intenso desarrollo industrial que se ha dado en el último lustro en el corredor de la A-22 (antigua N-240 de Lleida a Huesca) generó un notable crecimiento de la población y el empleo cuyos efectos secundarios están aflorando en forma de dificultades de acceso a la vivienda y problemas de movilidad; todo, en vísperas de que se creen 5.000 empleos en una zona casi sin desempleo.
“Hay más demanda que oferta, eso es algo general en la zona”, explican fuentes de la inmobiliaria Ilerkapital, que opera en Almacelles. “No hay recursos. El plan b de sacar al mercado las viviendas viejas ya está agotado. Estamos en una zona muy tensionada en la que los alquileres son más caros que en Lleida”, explica Ana Saura, responsable de C3 Inmobiliaria en Binèfar.
La escasa cartera de arriendo residencial que se ofrece en Almacelles se mueve en una horquilla de precios de 475 a 630 euros mensuales. En la capital literana “no se encuentra nada por menos de 500 euros al mes, y se llega a pedir 700 por un piso de dos habitaciones y 800 por uno de tres”, anota Saura.
¿A qué se debe esa carestía? Básicamente, al agotamiento de la oferta ante el vertiginoso aumento demográfico. En solo tres años, de 2021 a 2024 y según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística), los tres municipios situados en el eje del corredor (Almacelles, Binèfar y Monzón) han ganado 1.015 habitantes, mientras los de la zona de influencia (Alpicat y Gimenells i Pla de la Font en Lleida y Tamarit, Altorricó, Esplús, San Esteban y Binaced en Huesca) crecían en 143. Suman 50.611 tras crecer un 2,48%.
Ese aumento de la población se ha desarrollado de manera simultánea a otro del empleo, estimulado por el desarrollo del sector agroalimentario y con empresas paradigmáticas como el matadero Litera Meat, cuya plantilla de 1.800 trabajadores incluye, según explicaron fuentes sindicales, a un millar de residentes en Lleida (solo seis empresas de la demarcación superan ese volumen de empleo).
Según la Seguridad Social, los tres municipios del eje han ganado en ese trienio 1.391 trabajadores (+9%) mientras los del área de influencia apenas sufrían mermas al perder 42 empleos en su conjunto (-0,8%).
Tanto el aumento de la ocupación como el demográfico están relacionados con el incremento de la actividad económica, del que da fe el crecimiento del tráfico por la autovía: un 26% entre Lleida y Almacelles de 2018 a 2022 (último año con datos disponibles) y un 41% en el tramo de allí a Binéfar, en ambos casos por encima de los 13.500 vehículos diarios y más de 2.000 camiones entre ellos.
Ese escenario de dificultad de acceso a la vivienda y saturación del tráfico se da en vísperas de que las ampliaciones de Mazana, Promisol, Fribín y Agropienso y la puesta en marcha de Ponentia, el puerto seco de Tamarit, generen, a expensas de ver en qué deriva la retahíla de anuncios de plantas de biogás, más de 5.000 empleos con sus requerimientos asociados de vivienda y de movilidad.
“Tenemos graves carencias en transporte público. El bus está colapsado, y hay gente sin la opción de ir a trabajar, y el tren no para en la estación”, denuncia Montse Cortasa, concejal de els Comúns en Almacelles.
Casi la mitad de las casas en venta superan los 100.000 euros
La escasez de vivienda ha disparado los precios de la poca que se encuentra disponible en Almacelles, según puede comprobarse en los portales inmobiliarios y en las agencias que operan en la zona. Ayer jueves se encontraban a la venta un total de 44 pisos y casas en esta localidad del Segrià, y más de la mitad de ellas (21) se ofrecían por precios superiores a los 100.000 euros. Las cinco del top five se movían en una horquilla de más de 200.000 que tenía su techo en un chalet y un piso que alcanzaban una tasación de 390.000 euros. En la otra mitad, lo habitual eran los precios de salida por encima de los 60.000 euros, algo que ocurría con 13 de las 23 viviendas. Una en un bloque con okupas sale por 30.000.