COMARCAS
El Canal de la Llitera Alta embarranca 40 años después
Sigue sin fecha ni financiación y con medio sistema pendiente de la evaluación de impacto. El menguante proyecto tiene el agua asignada desde 1992
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Azanuy es uno de los municipios afectados por el proyecto.
“La dinámica poblacional del área es regresiva, con desequilibrios poblacionales y procesos de despoblamiento, lo que justifica la citada aspiración de poner en regadío sus tierras de secano (...). Sin embargo, hasta ahora, no ha sido posible realizar dicha vieja aspiración, dada la falta de disponibilidad de recursos hídricos de la zona”, recoge un informe del ministerio de Medio Ambiente fechado en 2011 que ilustra la deriva del proyecto del Canal de la Llitera Alta: sí había recursos, en concreto 48 hm3 anuales procedentes de la modulación de caudales de Pinyana desde 1992, un volumen del que el Gobierno central, firmante del acuerdo que los habilitaba, parecía haberse olvidado.
Treinta y tres años después del histórico Pacto del Agua de Santa Anna, los Riegos de la Llitera Alta, de cuyo primer estudio de viabilidad se cumplen 40 años, acumula hitos como no haber usado los 1.584 hm3 que le habrían correspondido en ese periodo o haber visto reducida su superficie inicial, de 8.000 ha, a una zona occidental de 3.560 con declaración de impacto positiva y otra, de 1.994, que sigue esperando ese trámite.
El área que dispone del visto bueno ambiental se extiende por los municipios literanos de Azanuy-Alins, San Esteban de Llitera y Tamarit y por los mediocinqueños de Estada, Estadilla, Fonz, Almunia de San Juan y Monzón, mientras que la que lo sigue teniendo pendiente, con los trámites iniciados desde 2021 tras haber caducado el visto bueno estatal en 2019, se localiza en los literanos de Alcampell, Baells, Camporrells y Castillonroi, además de San Esteban.
Y nada hace presagiar que el proyecto de regadío vaya a recibir un impulso a corto plazo.
La zona occidental se quedó hace tres años fuera de la convocatoria autonómica de ayudas para la creación de regadíos. “Ambas zonas siguen esperando la obtención de ayudas, actualmente de la comunidad autónoma, para ejecutar las obras”, señalan fuentes de la consejería de Agricultura aragonesa, que añaden que las dos áreas “se encuentran recogidas en la planificación hidrológica”.
Desde Agricultura recuerdan que, aunque pendiente de recibir la aprobación del ministerio del ramo, han habilitado un instrumento financiero, el IFGC (Instrumento Financiero de Gestión Centralizada), “al que podrían adherirse los regantes interesados en ejecutar los trabajos”. Está dotado con 4,5 millones de euros para avales, cuando el proyecto se presupuestaba en 168 el siglo pasado.
No son esos los únicos indicios que abonan la teoría de la vía muerta. El Inaga (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) ha desoído en los últimos meses las alegaciones del ayuntamiento de Estadilla contra los parques fotovoltaicos Redadera Solar y Pasadizo Solar, que suman una superficie de 191 ha. “la implementación de plantas solares en forma de grandes plantas dentro de Estadilla no resulta adecuada debido a los conflictos con las zonas protegidas y el impacto adverso que podría tener en los riegos de la Litera Alta”, alegó, sin éxito, el consistorio. Las placas compiten abiertamente con el regadío.