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GANADERÍA

El último pastor volverá a Boumort

El ganadero, de Hortoneda, pide los permisos para apacentar su rebaño en la reserva de caza. El año pasado perdió una docena de ovejas por los ataques de un lobo y de dos perros cimarrones

Josep Costa, con camiseta azul, junto con otro de los últimos pastores que subían a Boumort. - M.CODINAS

Lleida

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“No hemos cobrado nada, ni siquiera se han puesto en contacto con nosotros desde la Generalitat”, denuncia Josep Costa, uno de los dos ganaderos cuyos rebaños sufrieron las consecuencias de la primera aparición documentada del lobo en el Pallars Jussà en las últimas décadas y que este año tiene previsto volver a apacentar a su ganado en en el mismo escenario en el que se desarrollarn esos episodios, la reserva de caza de la Sierra de Boumort.

“He pedido la licencia y voy a subir otra vez, a ver si las matan a todas”, bromea. “¿Qué voy a hacer? Me quedan unos años y voy a subir”, explica

El año pasado desaparecieron de su rebaño doce ovejas cuyos restos fueron localizados después, tras haber sido devorados por los buitres. El otro pastor que las llevaba con él a la reserva perdió catorce y una cabra. Tampoco ha cobrado ninguna ayuda, remarca.

“Estuvimos tres semanas y entre los dos rebaños desaparecieron cerca de una treintena de animales, diez cada semana. Subimos sobre el 20 de junio y el 8 de julio habíamos bajado. El ganado se comió en verano el forraje que guardábamos para el invierno. Y aún no nos han dicho nada”, cuenta.

El otro pastor ha decidido colgar el cayado, lo que le deja a él como el último representante de una tradición ganadera, la de la transhumancia en la sierra de Boumort, que, salvo giro inesperado, puede desaparecer antes de que acabe la década.

“Nos dijeron que había una probabilidad del 95% de que los ataques hubieran sido efectuados por un lobo, por el tipo de mordedura. Pero no lo podían confirmar al 100% porque los restos de ADN estaban deteriorados por el calor”, añade, mientras remarca que “el veterinario ha certificado la muerte de los doce animales”.

La Generalitat confirmó a finales de diciembre que “no se ha podido identificar ni genéticamente ni por fotografías” el tipo de animal que desató los ataques, aunque, a la vista de las heridas, “no se puede descartar” que fuera un lobo y “se pagarán los daños” como si la autoría correspondiera a esa especie.

Los ataques fueron realizados por tres cánidos, al parecer dos perros cimarrones o asilvestrados y un lobo, en lo que supone la reaparición de este último en el Pallars Jussà y que plantea otra novedad: la formación de un grupo de esas dos especies. Hace unos días, los Agents Rurals confirmaron que están investigando la presencia de otro lobo en la comarca a raíz de otro ataque en Castell de Mur.

Ese punto se encuentra apenas a treinta kilómetros en línea recta de Boumort, y a menos de la mitad, con la sierra del Montsec de por medio, de la Noguera, que se sitúa como la comarca del llano mejor situada para ser la primera en recibir la presencia del depredador, que se encuentra en un claro proceso de expansión.

La organización agraria UP tiene previsto reunirse en unos días con los ganaderos de la zona para analizar la situación.

Confirman el ataque del lobo en Castell de Mur

La Generalitat ha confirmado que la muerte de cuatro ovejas hace unos once días en el municipio de Castell de Mur se debió a un ataque del lobo. Lo ha confirmado la necropsia de los animales muertos que se llevó a cabo el día 17. El resultado de la investigación se comunicó a ganaderos de la zona. “Es duro, pero es el futuro que nos espera”, publicó el alcalde de Sant Esteve de la Sarga y ganadero Jordi Navarra en redes sociales.

Tras el ataque, Agentes Rurales llevaron a cabo tareas de seguimiento del lobo en la zona. También advirtieron a ganaderos sobre la posible presencia de esta especie y les asesoraron sobre cómo proteger a sus animales. La predación en Castell de Mur llega después de que el Govern aceptase indemnizar ganado muerto en Boumort como ataque del lobo a finales de 2024. En marzo de 2022, un ganadero de La Torre de Capdella denunció un ataque del lobo a sus ovejas que se saldó sin muertes. En 4 años se han avistado ejemplares solitarios de forma esporádica en Aran, el Alt Urgell, el Solsonès, la Alta Ribagorça y el Pallars Sobirà. Se estima que hay media docena de ejemplares en Catalunya y, hasta ahora, eran todos machos solitario, lo que hacía imposible la creación de colonias. Sin embargo, a finales de 2024 se detectó una hembra en el Alt Empordà.

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