SALUD
Un CAP de Lleida rechaza atender de urgencia a una mujer por el criterio de la Inteligencia Artificial
La afectada, de 74 años, tuvo que irse a casa con una otitis sin que la viera ningún médico o enfermera. La familia se queja y Salud responde que usa esta aplicación informática en centros de toda Catalunya
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Vista del centro de atención primaria de El Pont de Suert.
El CAP de El Pont de Suert, en Lleida, rechazó atender de urgencias a una vecina de la localidad, Concepció Casau, que acudió el 30 de enero con un fuerte dolor en un oído. Allí la enviaron de vuelta a casa sin que la examinase antes ningún médico ni enfermera, ni siquiera a efectos de triaje para determinar si su dolencia era grave o no. La decisión se basó únicamente en el criterio de la aplicación informática de Programació per Motius, que emplea tecnología de inteligencia artificial (IA). Salud la ha desplegado ya en centros de toda Catalunya.
Casau tuvo que esperar a tener cita con su médico de cabecera al día siguiente para que le diagnosticaran una otitis y trataran con antibióticos. Su hija, Mònica Ricou, presentó una queja por el trato recibido en el CAP y recibió la respuesta de la administración esta semana.
Desde la gerencia de Atención Primaria de las comarcas del Pirineo no apreciaron problema alguno en la actuación del CAP de El Pont de Suert. Así se desprende de su respuesta a Ricou, en la que explican que las administrativas del centro de la Alta Ribagorça asignan las visitas a los profesionales sanitarios “en función del algoritmo del programa de Programació per Motius”. Añadieron que “lo tenemos en todos los centros de asistencia primaria del Institut Català de la Salut (ICS)” y que se usa para “optimizar el tiempo de nuestros profesionales”. La Generalitat anunció su puesta en marcha en 2023 y su despliegue en las comarcas de Lleida un año después, en 2024.
La respuesta añade que una otitis “no se considera motivo de programación urgente”, si bien el diagnóstico no llegó hasta el día siguiente, cuando Casau pudo ver a su médico de cabecera. Así lo hizo notar su hija, jurista de profesión, especializada en derecho de la salud y docente en la UOC. Ricou se mostró disconforme. “¿Cómo puede el personal administrativo de un CAP enviar a casa a una persona sin ser atendida, qué facultad médica tiene?”, criticó. Recalcó que su madre “es pensionista y tiene derecho a urgencias”, destacó que este prodecimiento perjudica en especial a las personas de edad avanzada y exigió aclarar qué normativa lo ampara.
“¿Qué puede saber un ordenador sobre lo que a mí me duele?”
“Siempre que había ido al CAP me habían atendido, esta ha sido la primera vez que me he ido sin que me visitaran”, explicó Concepció Casau, vecina de El Pont de Suert. Fue al CAP con dolor de oído, pero solo le atendió el personal administrativo, que consultó la aplicación informática para determinar si podían atenderla. La negativa que recibió la dejó perpleja. “Me dijeron que no me podían dar cita porque no entraba en el ordenador, pero ¿qué puede saber un ordenador sobre lo que a mi me duele?”, afirmó Casau. “Me marché disgustada”, explicó, y apuntó que la sorpresa por el rechazo a atenderla hizo que ni siquiera se plantease discutir. Su hija presentó poco después una queja formal.