Auguran una buena temporada de pesca en los ríos de baja montaña

Los primeros pescadores estrenaron ayer la temporada de baja montaña. Varios lo hicieron en tramos de la Noguera Pallaresa en Rialp o del Segre, en el Alt Urgell. El Club de Caza y Pesca de esta última comarca empezó el día con un desayuno con los socios, que auguraron una temporada “muy buena”. Lluís Sánchez, vicepresidente de la entidad, dijo que “todas las circunstancias nos son favorables, las reservas de nieve con las últimas precipitaciones nos benefician y la cantidad de cormoranes (acuáticas que capturan peces) se ha reducido mucho”. “Ahora solo falta que haya truchas, que esta es la gran incógnita”, añadió. Este año, en la sección de pesca llegan casi al centenar de aficionados, con socios venidos de Francia, Rusia e incluso Noruega, explicó. “No volveremos a llegar a la cifra de cerca de 500 que había hace 30 años, pero estamos bien”, insistió. Carlos Ribot, vecino de Bellver, es uno de los pescadores que acudió la cita. En apenas cuatro minutos pescó la primera trucha, aunque dijo que “ya no es lo que era cuando yo era pequeño. Ahora para pescar las mismas truchas que pescábamos con mi padre en poco rato necesitaríamos todo el día y ni así lo conseguiríamos”. Jordi Bastida, de La Seu, auguró “una buena campaña”.

La temporada terminará el 31 de agosto. En las aguas de alta montaña, empezará el 10 de mayo y finalizará también el 31 de agosto. En la pesca extractiva se autoriza un máximo diario de tres truchas de más de 22 centímetros excepto en las zonas de reserva genética, donde el máximo es de dos.