El presunto asesino de un agricultor en Lleida fue detenido en su camión en Irún en 2016 y en Pamplona en 2019
El primer arresto tuvo lugar meses después de los atentados de Niza. Condenado a tres años de prisión por enaltecimiento terrorista e intentar entrar en Siria

Operatiu de la Guàrdia Civil per a l’arrest de l’acusat el juliol del 2019 a Pamplona. - GUÀRDIA CIVIL
Allal El Mourabit fue dos veces detenido a bordo de su camión en España por los delitos de yihadismo, en 2016 y 2019. Las primeras investigaciones sobre él se remontan a 2015 y tras más de un año de seguimiento, fue detenido por primera vez en noviembre de 2016 en Irún (Guipúzcoa) cuando regresaba en su camión de Alemania.
La hipótesis de que pudiera atentar con el camión como había ocurrido ese verano en Niza (Francia) fue lo que precipitó su arresto. Asimismo, había viajado a Turquía con la intención de entrar en Siria. En 2018, fue condenado a tres años y un día de prisión por enaltecimiento del terrorismo por su adhesión al Estado Isámico y un delito de traslado a territorio terrorista.
Durante su estancia en prisión, de donde salió tras cumplir dos años, continuó con su radicalización. La segunda detención se produjo en julio de 2019, en plenos Sanfermines, en Pamplona (Navarra). De nuevo en el camión de gran tonelaje que utilizaba para desplazarse como transportista internacional y que usaba también como vivienda. Volvió a sentarse en el banquillo, en 2020, y se enfrentó a una petición del fiscal de 5 años de cárcel bajo la acusación de haber seguido usando las redes sociales para difundir propaganda hecha por productoras mediáticas afines a grupos terroristas yihadistas.
Sus comparecencias ante la Audiencia Nacional fueron polémicas. Sin embargo, el tribunal no encontró suficientes pruebas y decidió absolverle al considerar que la actividad del acusado se limitó a la tenencia de un material que en su día pudo ser suministrado por agencias propagandísticas de corte yihadista, si bien él la obtuvo de fuentes abiertas.
En la primera sentencia de 2018, consultada por este diario, la Audiencia Nacional señalaba que “la actividad del acusado en redes sociales acredita su alabanza y justificación del terrorismo, mencionando de forma explícita y concreta los postulados ideológicos yihadistas, así como acciones violentas indiscriminadas como las que organiza la organización terrorista DAESH tales como ejecuciones y decapitaciones y su desplazamiento a Turquía con el deseo de poner en práctica sus ideas violentas”.