ESNOTICIA
Veinticinco años de Mossos
La Policía Autonómica se desplegó en el Pirineo el 1 de noviembre de 1998
Muchos agentes que llegaron entonces se establecieron en la zona y esperan que los nuevos sean del territorio
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El entonces presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue el encargado de inaugurar la comisaría. - M.E.
El 1 de noviembre de 1998 –el miércoles se cumplirán 25 años– se inauguró la comisaría de los Mossos d'Esquadra de La Seu d'Urgell, sede de la Regió Policial del Alt Pirineu i Aran. Actualmente medio millar de agentes velan por la seguridad del Alt Urgell, la Cerdanya, el Pallars Sobirà, el Pallars Jussà, la Alta Ribagarça y la Val d'Aran.
‘Pujol pone a los Mossos como ejemplo del autogobierno que permite la Constitución’. Con este titular abrió SEGRE la crónica del 2 de noviembre de 1998 con motivo de la inauguración un día antes de la comisaría de los Mossos d’Esquadra en La Seu d’Urgell, sede en el Pirineo, concretándose de esta forma el traspaso como policía ordinaria e integral y asumiendo las competencias que tenían hasta entonces otros cuerpos como la Guardia Civil y la Policía Nacional. Veinticinco años después –se cumplen este próximo miércoles– medio millar de agentes velan por la seguridad de las comarcas de la denominada Región Policial Alt Pirineu i Aran, con las áreas de Cerdanya, Val d’Aran-Alta Ribagorça, Alt Urgell y Pallars Sobirà-Pallars Jussà. El jefe de la región, el intendente Daniel Pérez, que lleva tres años al frente, afirma que “por las características de la zona, con una baja densidad de población, somos el máximo exponente de la policía de proximidad”. En este sentido, el que fuera durante años el jefe del GEI (Grup Especial de Intervenció), una unidad de élite de los Mossos, asegura que “gestionamos más sensaciones que hechos delictivos. Pongo un ejemplo, si en Castellbò hay un robo en domicilio, crea una alarma que en otras zonas de Catalunya no se crearía. Aquí, al ser una zona muy diseminada, la sensación de inseguridad es mayor y la debemos gestionar”.
SEGRE también ha conversado con cuatro de los agentes que llevan más tiempo en el Pirineo y todos coinciden en destacar que es “diferente” al resto regiones policiales. Tres de ellos, el subinspector Miquel Batllori y los agentes Rosalia Carracedo y Jaume Perelló, llegaron procedentes del área metropolitana de Barcelona y se establecieron en la Cerdanya, el Alt Urgell y la Val d’Aran, respectivamente. En el caso de Rosalia Carracedo es la primera mujer agente del cuerpo en la Val d’Aran, donde llegó en 1991, siete años antes del despliegue en todo el Pirineo. Eran 15 agentes –solo una mujer– y un cabo. El subinspector Batllori, que tenía más de diez años de experiencia, fue uno de los responsables del despliegue en La Seu. Por su parte, el agente Perelló, que llegó a Puigcerdà en 2002, asegura que “estableces una relación de confianza con los vecinos”. La sargento Sònia Solduga es originaria del Pallars. También ha sido pionera, siendo una de las primeras mujeres en dirigir comisarías. En su caso, durante unos 14 años en Sort. Todos ellos coinciden en que una de las principales características de los agentes de estas comarcas es la proximidad con la ciudadanía. Por eso, esperan que muchos de los nuevos agentes que llegan a las comisarías de la región sean de la zona. También se han impulsado medidas. Por ejemplo, el aranés ha sido reconocido “por primera vez” como mérito para acceder al cuerpo. De la nueva promoción de agentes, que empezó a finales de agosto, 52 de ellos fueron destinados a las comarcas del Pirineo frente a los 45 de las del llano. En cuanto los hechos delictivos, el intendente Daniel Pérez asevera que “somos la región que estadísticamente tiene menos pero también hay delincuencia y estamos en una zona fronteriza con España y Andorra”. Como en otras regiones, también se ha producido un aumento de las operaciones contra el tráfico de marihuana y han registrado muchas denuncias por estafas, especialmente por internet. Precisamente, sobre este último ilícito penal, desde La Seu se ha destapado una de las mayores estafas en criptomonedas en Europa. Se trata del ‘caso Forex’, que avanzó SEGRE hace un año y en el que hay más de 17.000 víctimas en España. La investigación se inició en 2018 a raíz de la denuncia de una mujer de la Cerdanya que había perdido más de 800.000 euros. Al menos había otros dos afectados leridanos, un vecino de la capital del Alt Urgell con 8.000 euros y otro de Vielha, con 160.000 euros. La red cayó en Albania con la intervención en call centers desde donde se llamaba a las víctimas. Tras destaparse este caso, los Mossos crearon un buscador con las 476 plataformas fraudulentas identificadas. En cuanto a homicidios, hay pocos. El último de ellos lo resolvieron hace apenas una semana (ver página 5).
Desde La Seu se ha destapado una de las mayores estafas en criptomonedas
¿Podría hacer un análisis de la región policial que dirige?
Es una región que ha vivido diferentes etapas. Haciendo un símil, ya ha pasado la infancia y la adolescencia y estamos en un grado de madurez. En cuanto a las características, por kilómetros cuadrados somos una de las más grandes. Lo que nos marca más son las vías de comunicación, con los puertos de montaña y grandes distancias. Esto hace que aquí tengamos que emplear más tiempo. Además, estadísticamente somos la región con menos hechos delictivos.
¿Cuántos policías son?
Somos unos 500. Por razones obvias, como el número de habitantes, contamos con muchos menos efectivos que en otras zonas.
Hay nuevas promociones de agentes y hasta la Generalitat hace campaña para que elijan el Pirineo como destino ¿Usted qué llamamiento haría para atraerlos?
En sus inicios fue una región con muchos agentes de otras zonas de Catalunya y muchos de ellos se establecieron aquí. Posteriomente, fue el primer destino de muchos polícias. Ahora notamos que los que vienen, que son del área metropolitana, quieren regresar. Lo que nos interesa es que se presente a oposiciones gente de aquí. Ser policía en un territorio como el Pirineo tiene un punto de ilusión que debe servir de efecto llamada.
¿Es diferente a otras regiones?
La diferencia que he encontrado yo con otros destinos en los que he estado es que la cohesión entre los agentes es mayor. Hay sentimiento de pertinencia. Somos el máximo exponente de la policía de proximidad. Hay tiempo de calidad de servicio al ciudadano. Creo que la mayoría de agentes que han pasado por aquí lo han percibido.
Han hecho investigaciones importantes como el caso Forex, de criptomonedas.
Viene ligada con lo que decía, con la calidad del servicio porque podemos dedicarle tiempo. También se debe tener en cuenta que somos un lugar fronterizo, con Andorra y Francia, y tenemos gran colaboración con otros cuerpos.
Usted era jefe del GEI, una unidad de élite, y los ARRO. ¿Cómo acaba en La Seu?
Porque creo que los cambios van bien. Era un buen momento para venir al Pirineo y siento que estoy en el lugar adecuado.
Aunque se trate de una de las regiones policiales en las que se registran menos delitos, los Mossos ejercen una función esencial en el Pirineo leridano. El último gran caso que ha trascendido es el de un crimen en el Pallars Jussà. Un vecino de La Pobla de 46 años está encarcelado desde el día 19 como presunto autor de la muerte violenta de una mujer en Torallola, núcleo de Conca de Dalt. Los Mossos siguen a la espera de los resultados de las pruebas de ADN al cadáver localizado en un huerto. Si se confirman las sospechas, se trataría de una joven de 30 años originaria del área metropolitana de Barcelona pero que llevaba años residiendo en el Pirineo leridano.
Tampoco son ajenos al narcotráfico. Así, por ejemplo, en los últimos meses han desmantelado varias plantaciones de marihuana en zonas recónditas del Pirineo. “Es un territorio de gran extensión y son muy difíciles de encontrar”, comenta uno de mandos de Investigación de la Región Policial del Pirineo Occidental. Les preocupa que mafias, especialmente llegadas de países como Albania, se asenten “porque si no se dedican al narcotráfico se dedicarán a algún otro ílicito penal y son muy peligrosos”, advierte. También hay delincuentes históricos como Martí Cots Saleta, conocido policiamente como el Rambo de la Cerdanya. El subinspector Miquel Batllori dice que “recientemente me acordaba de él. Era altamente peligroso, un personaje peculiar que tras cometer atracos y otros delitos se escondía en la montaña, donde podía camuflarse y sobrevivir durante meses”. Acumula una carrera delictiva de tres décadas, con los robos violentos como su especialidad. Su última detención se produjo en Andorra en 2018, cuando estaba en busca y captura tras huir de un centro psiquiátrico en Lleida y atracar un hotel de Massella.También han participado en otros casos mediáticos como la de la muerte del oso Cachou, que todavía está pendiente de juicio y cuya investigación permitió destapar una red de narcotráfico en Aran.
«Soy del Pallars y falta incorporar a gente del territorio»
La sargento Sònia Solduga, actualmente jefa de la Unidad de Investigación de la ABP Pallars Jussà-Pallars Sobirà, fue entre 2008 y 2022 jefa de la comisaría de Sort, siendo una de las pioneras entre los mandos de los Mossos. Desde que entró en el cuerpo siempre ha estado ligada a las comarcas del Pirineo leridano. Reivindica que es del Pallars y que “nos falta incorporación de gente del territorio porque es una ventaja y hay menos movilidad y cambios de destino”. Sobre las características de los agentes de las comarcas de montaña, asegura que “la atención es diferente porque hay una relación de confianza con la ciudadanía y te puedes anticipar”. Sobre el papel de la mujer dentro de los Mossos, Solduga afirma que “me siento orgullosa de poder ser un referente para ellas”. En cuanto a la veteranía, dice que “la experiencia es muy importante”.
«Fue un orgullo poder participar en el despliegue»
El subinspector Batllori entró en los Mossos en 1986 y en noviembre de 1998 llegó a La Seu d’Urgell. “Fui uno de los fundadores”, asegura con orgullo. Esos años de experiencia en el cuerpo fueron fundamentales para organizar y coordinar las diferentes áreas policiales. “Los primeros años fueron de picar piedra, conocer a los vecinos, hablar con los jueces, es decir, hacer efectivo el despliegue”, asevera. Originario de Barcelona, se estableció en La Seu d’Urgell con su pareja y sus dos hijos. Sobre los atractivos del Pirineo como destino para los nuevos agentes, Batllori asegura que “aquí somos una policía de proximidad, todo el mundo se conoce y debe estar arraigado o integrarse al territorio porque si no la adaptación pude ser difícil”. Preguntado sobre algún caso que recuerde, no tiene duda. “El Rambo de la Cerdanya, escurridizo y peligroso”.
«Somos la referencia en policía de proximidad»
Rosalia Carracedo tiene el honor de ser la primera agente de los Mossos d’Esquadra. Fue en 1991, en el marco del Unidad Comarcal de la Val d’Aran, mucho antes de que la policía catalana se desplegara en otras zonas del Pirineo. Eran 15 agentes, 14 hombres y una mujer, y un cabo. “Hace 30 años las mujeres apenas representábamos el 10% de los agentes. Yo fui la primera mossa en Vielha, fue en 1991”, comenta Carracedo, de la cuarta Promoción y originaria de Barcelona. “Cuando llegamos a Vielha no teníamos competencias y nuestra labor fue darnos a conocer y hacer mucho trabajo de campo”, comenta. Carracedo recuerda que “los inviernos se hacían muy largos y duros. En una ocasión tuve el coche bloqueado 15 días”. Reconoce que “es un destino difícil porque estás lejos de todo pero es un lugar donde te sientes realizado como policía”. Respecto a las nuevas promociones, afirma que “los agentes deben tener una inquietud policial y vocacional y, además, dentro del cuerpo hay muchas salidas. Y si te gusta la montaña o practicar deportes como el esquí es una zona ideal”. Tiene dos hijos “araneses”.
«Fui la primera mossa d’esquadra en Vielha y en el Pirineo»
Jaume Perelló llegó a la Cerdanya en 2002. Originario de Barcelona, antes había estado destinado en el Palau de la Generalitat y el Parlament. “Venir al Pirineo es una manera de mejorar la calidad de vida”, comenta. De la llegada de los Mossos en esta zona en el Pirineo asegura que “al principio costó, pero como en todos los inicios. Con el paso de los años observas cómo la presencia de los Mossos ha sido muy positiva y hemos conseguido ser plenamente reconocidos”. También destaca “la relación de confianza que estableces con los vecinos porque somos una policía rural, de proximidad, y conectamos con el territorio”. Añade que “hay una plantilla que se ha ido asentado”. Perelló ya se quedó a vivir en la comarca. “Mis dos hijas son ceretanes”. Preguntado sobre qué mensaje enviaría a los nuevos agentes que deban elegir un destino, comenta que “es una de las zonas de Europa con más calidad de vida y hay suficiente trabajo para no aburrirte”. Semana Santa, la temporada de esquí y agosto son tres de las épocas del año en las que tienen más actividad por el incremento de turistas.
«Somos una policía rural y los vecinos confían en ti»
Jaume Perelló llegó a la Cerdanya en 2002. Originario de Barcelona, antes había estado destinado en el Palau de la Generalitat y el Parlament. “Venir al Pirineo es una manera de mejorar la calidad de vida”, comenta. De la llegada de los Mossos en esta zona en el Pirineo asegura que “al principio costó, pero como en todos los inicios. Con el paso de los años observas cómo la presencia de los Mossos ha sido muy positiva y hemos conseguido ser plenamente reconocidos”. También destaca “la relación de confianza que estableces con los vecinos porque somos una policía rural, de proximidad, y conectamos con el territorio”. Añade que “hay una plantilla que se ha ido asentado”. Perelló ya se quedó a vivir en la comarca. “Mis dos hijas son ceretanes”. Preguntado sobre qué mensaje enviaría a los nuevos agentes que deban elegir un destino, comenta que “es una de las zonas de Europa con más calidad de vida y hay suficiente trabajo para no aburrirte”. Semana Santa, la temporada de esquí y agosto son tres de las épocas del año en las que tienen más actividad por el incremento de turistas.