ORGANYÀ
Piden más control aéreo para que los aviones no paralicen los parapentes en Organyà
Ayuntamiento y Aeroports han requerido un controlador permanente para el aeropuerto de La Seu
Clubes y escuelas de vuelo denuncian pérdidas por la limitación de la actividad
El aumento del número de vuelos comerciales en el aeropuerto de Andorra-La Seu está complicando cada vez más los vuelos en parapente en Organyà, donde esta semana han lamentado la falta de soluciones para hacer compatible ambas actividades. El sector cree que el aeropuerto está arruinando su actividad y alguno de sus responsables ha asegurado que al acabar el verano están decididos a abandonarla. El ayuntamiento, por su parte, confía en que la solución “llegará pronto o, al menos, así nos lo aseguran desde Aeroports de Catalunya”.
El alcalde, Celestí Vilà, explicó que están pendientes de que las autoridades aeronáuticas españolas validen la posibilidad de que el aeropuerto del Pirineo se dote de un controlador aéreo permanente. “Hacía falta que la actividad aérea aumentara para justificar la presencia de un profesional de estas características y creemos que vamos por el buen camino”, indicó. El controlador, añadió Vilà, podrá desviar el vuelo cuando haya actividad de parapente y esto permitirá no tener que cerrar el espacio aéreo cada vez que haya un vuelo. Las instalaciones de parapente están situadas a 13,5 quilómetros en línea recta del aeropuerto y las maniobras de aproximación pasan justo por encima de la zona de prácticas. Por ello, cada vez que hay un vuelo implica que no se permita las salidas en parapente. Un tótem informativo en la zona de despegue avisa a los usuarios de la prohibición de practicar “saltos y vuelos” mientras la señal luminosa está encendida.
Cabe recordar que el ayuntamiento de Organyà invirtió 450.000 euros en remodelar y mejorar las instalaciones de la Montaña Mágica para impulsar el municipio como referente mundial en la práctica de este deporte. Las obras propiciaron un incremento de la presencia de amantes de este deporte, sobre todo de parapentistas de Andalucía y de fuera de España. Ahora, empresas y clubes de vuelo claman por conseguir compatibilizar su actividad con la del aeropuerto. El consistorio aprobó en 2020 la regulación de la estación de parapente, pero todavía no la aplica a la espera de realizar obras en la zona de aterrizaje. Allí proyecta construir locales para las escuelas de vuelo. Previamente es necesario llevar a cabo la tramitación urbanística, con un plan parcial que desarrolle esta zona.
“Perdemos la mitad de los vuelos que hacíamos”
David Guardiola, director de Parapent Organyà, lamentó que al priorizar los vuelos comerciales, “no podemos programar vuelos ni los viernes ni los domingos”. Actualmente “nos la jugamos todo a los sábados y ello nos obliga a perder la mitad de vuelos que hacíamos antes”, lamentó. Otro condicionante, añade, es el de la meteorología. “Si encima un sábado no hay condiciones óptimas para que los clientes puedan volar, la situación ya es insostenible”, añade. Aeroports avisa a las empresas con 24 horas de antelación al vuelo, “pero nuestros vuelos en parapente los agendamos a 2 y 3 semanas vista”. El empresario aseguró que al final de la campaña de verano “nos hemos planteado cerrar definitivamente porque cada vez es mas difícil y apenas cubrimos gastos”. La empresa también dispone de una tienda física en Organyà que ahora solo abre los sábados.