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ENTREVISTA

Jordi Nistal i Refart: “El Alt Urgell vivió la Guerra Civil como una zona de retaguardia”

Este historiador de La Seu d'Urgell acaba de presentar su último libro: 'El front del Pallars i la vida republicana de l'Alt Urgell', publicado por Edicions Salòria

“L'Alt Urgell va viure la Guerra Civil com una zona de rereguarda”

“El Alt Urgell vivió la Guerra Civil como una zona de retaguardia” - C.SANS

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El historiador Jordi Nistal acaba de publicar su tercera obra, dedicada al frente del Pallars durante la Guerra Civil: El front del Pallars i la vida republicana de l’Alt Urgell. Este libro llega después del que dedicó a los 75 años del instituto Joan Brudieu de La Seu, donde fue profesor de historia y de geografía, y del primero que dedicó a la contienda en el Pirineo: El camp de treball de la falç i el martell, sobre un campo de trabajo republicano en Montferrer.

Explíqueme más sobre el argumento de su libro.

Estudia el último año de la Guerra Civil en el Alt Urgell, entre la llegada del frente militar del Pallars, a finales de abril del año 1938, hasta la retirada republicana y el final de la guerra, que tuvo lugar el día 10 de febrero del año 1939. Es un periodo en el que la comarca se convierte en zona de guerra, con el protagonismo del ejército republicano, que tiene efectos en todas las esferas de la sociedad civil. 

Son diez meses de presencia de militares en el Alt Urgell. ¿Cómo lo viven los vecinos?

En la comarca se sitúa la inmediata retaguardia y esto provoca que todo, absolutamente todo, esté supeditado a los militares. Hay una auténtica militarización de toda la vida, tanto la económica como la social. Los militares pasan a convertirse en el poder dominante. Hacía falta mantener los batallones dispersos por el territorio. El racionamiento ya estaba presente desde 1937, pero ahora se intensifica y los militares requisan todo aquello que encuentran, tanto de casas particulares como de edificios públicos.

¿Y toman edificios?

Por supuesto. El Seminario Conciliar de La Seu, por ejemplo, se establece como escuela de capacitación de comandos a partir del 1938. Entonces echan fuera a los 800 alumnos que había en ella, que son desplazados y ya no vuelven más. Panificadoras, hornos, carpinterías e incluso sucursales de banco, todo está al servicio del ejército.

Explica numerosos detalles.

Sí. Abordo la vida en el frente de combate desde la memoria de los soldados que la vivieron. He aprovechado la oportunidad de acercarnos a las personas que lo vivieron, por ello incluyo los relatos de los combatientes: la sanidad, la vida social y económica en la retaguardia. También dedico todo un capítulo a La Seu d’Urgell. Al acabar, trato la ofensiva final franquista, la retirada republicana y sus efectos. Hubo bombardeos de la aviación, violencia y saqueos.

¿Hubo combates cerca?

Los familiares recordaban mucho el combate de Sant Joan de l’Erm. Pero yo creo que el más significativo fue el que hubo justo detrás del Pic de l’Orri, muy cerca de las pistas de esquí de Port Ainé, en la zona de Pedres d’Auló. El objetivo de las tropas republicanas era recuperar la Noguera Pallaresa, donde habían quedado las centrales hidroeléctricas que abastecían a Barcelona y la industria de la guerra. Estamos hablando de mayo del 1938.

¿Fue un trabajo complicado el de recopilar toda la información para relatar estos hechos?

Llevaba trabajando en el libro cuatro años. He hablado con muchos familiares, sobretodo hijos que recuerdan todas aquellas batallas que les habían explicado sus padres. Pero también he realizado un trabajo arduo de consulta de archivos en los que se conserva mucha documentación sobre la represión republicana. Son espectaculares los fondos que se conservan en el Arxiu Comarcal de l’Alt Urgell, el Archivo Histórico Nacional, el General Militar de Ávila y el Archivo Histórico del Ejército de Aire.

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