SEGRE

BELLVER DE CERDANYA

Una cárnica femenina

Seis mujeres del Alt Urgell y de la Cerdanya al frente de cuatro explotaciones ganaderas impulsan la cooperativa Coopyrene

Elaboran y distribuyen sus productos de manera conjunta como fórmula para garantizar la viabilidad de la ganadería extensiva en el Pirineo

Aurelie i Jordina, als extrems, són dos de les sòcies que impulsen la cooperativa i Xènia, al centre, s’hi va incorporar com a treballadora.

Aurelie y Jordina, en los extremos, son dos de las socias que impulsan la cooperativa y Xènia, en el centro, se incorporó como trabajadora. - C.SANS

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Seis mujeres han puesto en marcha una cooperativa para impulsar el sector cárnico y lácteo en el Pirineo. Son Montse Martínez, de Cal Tendé (Taús); Teresa y Margarita Torner, de Germanes Torner (Prullans); Jordina Gràcia y Aurelie Carrera, de Mas Po (Puigcerdà) y Helena Guillen, de Granja Montmalús (Ger), vecinas de las comarcas del Alt Urgell y de la Cerdanya. Hace apenas un año se unieron para constituir Coopyrene, una cooperativa cárnica y agroalimentaria que tiene como objetivo mantener una infraestructura que consideran “clave” para “mantener la viabilidad” del sector primario de las comarcas de montaña, en las que la ganadería tradicional ha tenido históricamente un papel muy importante.

Las seis socias de la cooperativa impulsan su proyecto desde un obrador de Bellver de Cerdanya. Están al frente de explotaciones en las que crían vacas, ovejas y cabras y entre todas suman más de 500 cabezas de ganado. Ellas mismas cierran el círculo de producción encargándose de la transformación y la venta directa de la carne. Antes de fundar la cooperativa, las socias se conocían y trabajaban de forma individual. Haberse unido para formar una empresa conjunta también “ha salvado” a alguna de ellas. Así lo explica Xènia Colomé, socia trabajadora, que defiende que la cooperativa “era la única fórmula para asegurar la continuidad de las explotaciones”. Esta sociedad se constituyó “para cubrir las necesidades de las explotaciones, porque necesitaban facilidades para vender su producción o de lo contrario, algunas estaban destinadas al fracaso o a realizar fuertes cambios en sus sistemas de producción”, continúa. Con la cooperativa “garantizamos que las socias productoras puedan seguir el camino heroico y revolucionario de seguir siendo payesas”, añade.

Coopyrene vende el 80 por ciento de su producción entre las comarcas del Alt Urgell y la Cerdanya y el 20% restante lo distribuye por el resto del territorio catalán. La cooperativa cuenta actualmente con 160 socios de consumo. De estos, explica Colomé, unos 150 son particulares y los 10 restantes son establecimientos de restauración y empresas que comercializan sus productos. “Nuestro objetivo ahora es incrementar la presencia de nuestros productos en comercios locales y del resto de Catalunya”, explican desde la cooperativa. La distribución en estas dos comarcas y en el Berguedà la llevan a entre las socias productoras y, en el resto de Catalunya, distribuyen su producción a través de una empresa externa. Las mujeres destacan que el trabajo a través de la cooperativa “nos permite garantizar toda la trazabilidad” del producto. “Somos responsables de todo el ciclo, desde que nace el animal hasta que el producto final llega al consumidor, asegurando su procedencia y que es ecológico, esto es algo que tiene mucho valor”, apuntan. Destacan también la importancia de consumir productos de proximidad “para asegurar la continuidad” de la agricultura en el Pirineo.

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