Radares disuasorios en la travesía de la N-230

El Pont de Suert cuenta desde finales de enero con dos radares pedagógicos en los accesos al municipio. Son paneles luminosos que alertan a los conductores de la velocidad a la que circulan los vehículos por la travesía de la N-230 (que está limitada a 50 kilómetros por hora para los coches y a 30 en el caso de los camiones).

La alcaldesa, Iolanda Ferran, explicó ayer que estas señales las desplegó la unidad de Carreteras del Estado en Lleida, que depende del ministerio de Transportes, tras una petición del ayuntamiento. Esta es una medida que busca reforzar la seguridad vial en la travesía. Además, la primera edil aseguró que Carreteras ha retirado dos semáforos que no funcionaban desde hacía tiempo. En otro orden, el proyecto para reformar los 40 kilómetros de la N-230 que separan Sopeira y la boca sur del túnel de Vielha sigue su tramitación y ha empezado el trámite de evaluación ambiental. Tanto Ferran como la alcaldesa de Vilaller, Maria José Erta, indicaron que aún no han recibido respuesta a las 30 alegaciones que presentaron.En este caso, el ministerio de Transportes planteó a finales de 2022 que el 80% del trazado de la N-230 en Escales fuera a través de cuatro túneles y siete viaductos. En este tramo se han registrado varios desprendimientos y accidentes mortales. El presupuesto para el tramo entre Sopeira y el túnel de Vielha ascendía a más de 381 millones de euros. El proyecto que impulsó el Gobierno central contemplaba una variante en Vilaller, construir un tercer carril entre este municipio y El Pont de Suert y habilitar una rotonda en el cruce de la N-230 con la carretera L-500, que da acceso al municipio de La Vall de Boí. También preveía aprovechar los túneles de Lladó, Colladetes y Fogà.