INTEGRACIÓN FORMACIÓN
Un curso en Lleida prepara a jóvenes migrantes para poder trabajar como tractoristas
La Fundació Comunitaria Raimat-Lleida, la Escola Agrària de Les Borges y la Fundació Obra Tutelar Agrària han puesto en marcha un curso de tractoristas con dos objetivos básicos: cubrir la falta de especialistas en ese vehículo que sufre el sector agrario y abrir una vía de inserción laboral para menores migrantes en situación de vulnerabilidad.
“Me gustaría trabajar en el campo con un tractor. El año pasado no pude venir porque no sabía hablar el idioma”, explica Manuel K, un joven albanés de 17 años que, ahora, con cuarto de la ESO superado, participa en el Curso de Tractoristas que organiza la Escola Agrària de Les Borges en coordinación con la Fundació Comunitària Raimat-Lleida.
Manuel llegó hace dos años a Catalunya, en furgoneta, sin familiares que se se hicieran cargo de él y como inicio de un periplo que le llevó a centros de internamiento y, después, a un piso de acogida de la Fundació Obra Tutelar Agrària, rasgos que, salvo en el medio de transporte, comparte con los otros seis jóvenes en riesgo de exclusión que participan en el curso, que vienen de Gambia, Guinea Conakry, Marruecos, Pakistán y Senegal. Los muchachos viven el curso como una puerta que se abre. “El tractor me gusta mucho, de mayor quiero trabajar en el campo y lo haré en cuanto pueda”, explica Ahmed A., marroquí de 17 años que hace poco más de un año cruzó el canal de La Mancha oculto en los bajos de un camión tras haber volado con visa de su país a Londres.
El curso tiene su origen en la detección de una necesidad por la fundación de Raimat: “la comunidad nos trasladaba que hay una falta de tractoristas, y queremos cerrar el círculo de encontrar empleo para las personas vulnerables”, señala su presidenta, Elena de Carandini.“Hay una demanda creciente de tractoristas, pero los agricultores no tienen el tiempo y los recursos, y a veces, la paciencia, para formarlos”, confirma Ferran Camps, jefe de Programas de la escuela e instructor del curso, en el que también participan dos trabajadores de empresas agrarias para mejorar sus competencias y un joven de Reus interesado en incorporarse al campo y que encontró la formación por internet.
El curso, que tuvo el año pasado una edición para jóvenes en riesgo de exclusión y otra para trabajadores del campo, cada una de ellas con quince alumnos, incluye 50 horas de formación y 60 de prácticas en empresas, aunque no todos los alumnos acceden a esa fase.
«De mayor querría poder trabajar como agricultor»
“Tengo interés en trabajar y en aprender. Es mi futuro”, explica Hasan Yannek, gambiano de 19 años que lleva dos en Europa, a donde llegó con otras 115 personas en un cayuco que arribó a La Laguna. “Pasamos calor, sed y hambre” en una travesía de once días, recuerda. “El tractor me gusta mucho, y es fácil aprender”, dice. Estudió en su país hasta los doce años, pero “después hay que buscarse la vida en la calle”, anota. “De mayor me gustaría trabajar de agricultor”, señala.
«Me gusta el campo, puede ser una manera de vivir»
A sus 18 años, Ahmeudane Drame lleva cuatro en territorio del Estado tras haber cubierto en una patera, con solo catorce, la travesía de Senegal a Tenerife. De allí llegó a Barcelona, donde, desde un centro, contactó con la Fundación Tutelar Agraria, una de las entidades que organiza el curso de tractorista. “Me gusta el tractor y me gusta el campo, puede ser una manera de ganarse la vida”, indica. “No es especialmente difícil, lo más sencillo es el volante”, anota.