Un pueblo de Lleida pide proteger su misteriosa cisterna medieval: “nadie sabía de su existencia”
El ayuntamiento de Castelldans propone declararla Bien Cultural Local para buscar ayudas y rehabilitarla. El aljibe incluye un pasadizo de función desconocida

La excavación de la cisterna de Castelldans está avanzada. - AMADO FORROLLA
“Lo más peculiar es que nadie sabía de su existencia. Si no es por las obras de conducción del agua no sabríamos que estaba allí”, explica Conrad Llovera, alcalde de Castelldans, sobre la cisterna de almacenamiento de aguas pluviales descubierta hace apenas un año al abrir una zanja en la calle Forn y de la que se sigue desconociendo tanto la fuente de abastecimiento como la función de los pasadizos que lo conectan con un antiguo monasterio y con las afueras del pueblo.
El ayuntamiento, en un trámite obligatorio por ser un municipio de menos de 5.000 vecinos, ha pedido al consell comarcal de Les Garrigues que lo declare BCIL (Bien Cultural de Interés Local), lo que permitiría pedir ayudas para rehabilitarlo. Salvo sorpresa, el tema se tratará en el pleno del 22 de marzo.
“Nos interesa mucho protegerlo para conservar el patrimnonio histórico, y nos gustaría que en dos años fuera visitable”, señala Llovera.
La cisterna, de 4,8 metros de diámetro y 5,13 de altura y coronada con una cúpula en su interior, data del siglo XIV, se utilizaba para almacenar agua y presenta un buen estado de conservación.
“Hay que terminar de restaurar la entrada, limpiar la zona exterior (estaba enterrada a varios metros de profundidad por el desarrollo del casco urbano) y reparar una abertura”, indica el alcalde, quien, no obstante, apunta que “no sabemos lo que nos encontraremos cuando lleguemos al fondo”. El informe técnico para la declaración de BCIL plantea algunas incógnitas sobre la estructura del aljibe y acerca de sus usos.
“El origen seguramente habría que relacionarlo con las dependencias del monasterio de Escaladei” que se ubicó en Castelldans en el siglo XIV, señala el estudio, que reseña cómo “la cisterna primigenia (...) originariamente dispondría de un único acceso superior” sobre la cúpula. “Desconocemos de dónde procedía el agua que transportaba, aunque seguramente sería pluvial”, añade.
Una vez finalizada la cisterna, “o poco tiempo después, (...) se excavaría un pasadizo (...) cuya función desconocemos (y que) conectaría con las dependencias de los monjes” y con “un posible sifón o pozo” que no ha sido excavado.
Una de sus salidas se encuentra en el número 25 de la calle Frares, una ubicación “antiguamente correspondiente a las dependencias del priorato de Escaladei en Castelldans”, indica el documento. A ese acceso se le añade otro en la calle Empit, prácticamente en el límite noreste del actual casco urbano.
Esos puntos, cuyo recorrido suma un centenar de metros, pasaron a tener un uso definido durante la Guerra Civil, cuando “el interior de la cisterna fue utilizado por algunos habitantes de Castelldans para refugiarse” de los bombardeos. “Se aprovechó el depósito como refugio antiaéreo y el pasadizo preexistente como corredor de acceso”, anota.