SEGRE

ENERGÍAS RENOVABLES

Cabanabona, pionero en usar geotermia en edificios públicos y las primeras casas

Este pueblo de 66 habitantes tiene ya 21 pozos para aprovechar el calor del subsuelo

La perforació d’un dels 16 pous de la residència, que es van fer fa un any i mig.

La perforación de uno de los 16 pozos de la residencia, que se hicieron hace un año y medio. - JORDI ECHEVARRIA

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Cabanabona se ha convertido en un municipio pionero en el uso de la geotermia, con 21 pozos excavados a más de 100 metros de profundidad para aprovechar el calor del subsuelo. Estos proporcionan ya calefacción de origen renovable a los edificios públicos de la localidad, donde esta tecnología también ha empezado a calentar las primeras casas.

El municipio de Cabanabona, con 66 habitantes censados, es pionero en el despliegue de la energía geotérmica, que aprovecha el calor del subsuelo para proporcionar calefacción y refrigeración 100% renovable en los edificios públicos de la localidad. Lo hace a través de 21 pozos excavados a más de 100 metros de profundidad. Esta fuente de energía limpia ha empezado a aplicarse también en las primeras casas de esta localidad de la Noguera.

El objetivo del ayuntamiento es autogestionar la demanda energética municipal y ahorrar en consumo eléctrico. Los 21 pozos obtienen una potencia de 133 kW. El municipio ha estrenado este año la nueva sede consistorial en un inmueble que también acoge el Casal Social del pueblo. La climatización de este edificio se consigue con 4 pozos de 130 metros de profundidad que suman de 25 kW. Mientras, la residencia de ancianos tiene 100 kW con 16 pozos a una profundidad de 105 metros. Una vivienda particular obtiene 8 kW con un pozo de 110 metros de profundidad. El concejal de Cabanabona Josep Pampaloma apuntó que el objetivo es conseguir la autosuficiencia energética, y para ello “también incorporaremos placas solares para la geotermia y reducir la factura eléctrica”. Hace un año se inició la excavación de pozos para captar la calor del subsuelo. Se instalaron sondas que se unen con colectores, mientras que un tubo los conecta a la sala de calderas, con máquinas geotérmicas de alto rendimiento. Estas distribuyen el calor a través de las conducciones de calefacción, refrigeración y agua caliente. Si bien la instalación de este tipo de energía es más cara que la de placas solares o combustibles, la geotermia supone un gran ahorro a largo plazo. 

Bartomeu Casals, asesor de energías renovables de la Generalitat, apuntó que esta tecnología permite un ahorro entre un 60 y 70% en facturas de luz y gas. Aseguró que hoy en día es la energía renovable que despierta mayor interés, debido al creciente coste de combustibles fósiles y la demanda social de soluciones ecológicas. “Es una energía renovable, limpia e inagotable, que está bajo los pies”, dijo.

Energía solar para complementar la del subsuelo

Cabanabona complementa los sistemas de geotermia que ha implementado en el ayuntamiento, el casal y la residencia con la instalación de placas solares de autoconsumo para reducir la factura eléctrica. “Todo el proyecto energético que se está impulsando en el pueblo busca este objetivo: que el consumo eléctrico y energético de fuentes externas sea cero”, explicó el técnico de energías renovables, Bartomeu Casals. Aseguró que esta energía atrae un renovado interés en pueblos que intensifican los esfuerzos para descarbonizar sistemas de calefacción. Añadió que en una década se amortiza la inversión inicial, más costosa que las placas solares. “El coste añadido lo provoca la perforación de los pozos, que ronda los 6.500 euros, mientras que tiene la ventaja que su coste de mantenimiento es prácticamente nulo y su rendimiento es muy alto”, dijo.

La Llotja y el monasterio de Vallbona también usan este sistema

La demanda para instalar sistemas de geotermia y aprovechar el calor subterráneo ha sido lineal durante las dos últimas décadas, frente a la amplia promoción que han tenido la energía fotovoltaica y la eólica, ya que son las que alimentan el sistema eléctrico. En las comarcas leridanas existen otras iniciativas que han apostado por la instalación de sistemas de geotermia. La Llotja de Lleida, inaugurada en 2010, también cuenta con este tipo de climatización para calentar el edificio, al igual que el monasterio de Vallbona de les Monges, que en 2015 optó por captar la calor del subsuelo para la calefacción y el agua caliente y reducir el consumo de gasóleo. En Aran, se ha proyectado la perforación de 200 pozos para crear una red de calor que pueda servir para abastecer el Palai de Gèu, el palacio de deportes, la escuela Garona y el Instituto de Aran.
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