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ESNOTICIA

El regreso de la Transsegre de Balaguer

Después de que la sequía cancelara el descenso el año pasado, Balaguer recupera su actividad más multitudinaria

Con limitaciones de recorrido e inscripciones y concentrada en un solo día

Alguns navegants emprenent el camí pel riu Segre, entre el partidor de Gerb i Balaguer, ahir durant la Transsegre.

Algunos navegantes emprendiendo el camino por el río Segre, entre el partidor de Gerb y Balaguer, ayer durante la Transsegre. - GERARD HOYAS

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LAIA BERENGUER LUMBIERRES

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La capital de la Noguera vivió ayer la Transsegre como hacía tiempo que no se celebraba: sin restricciones por sequía o por Covid. Sin embargo, su edición número 39 ha tenido que afrontar diversos desafíos que dificultan su continuidad: la falta de voluntarios y las trabas burocráticas. En total, 55 embarcaciones y 450 tripulantes surcaron el río Segre.

“Preparados, listos, .. ¡Adelante!”. Faltaban cinco minutos para las cuatro de la tarde cuando, con media hora de demora, salían ayer las primeras embarcaciones de perdidos al río. La Transsegre, la fiesta más multitudinaria de la comarca de la Noguera, recuperó ayer su actividad estrella después de que la sequía impidiera el descenso de embarcaciones por el río Segre hace un año. Alrededor de 55 embarcaciones y 450 tripulantes, la gran mayoría locales o procedentes de otros municipios leridanos, se aventuraron a navegar. Para esta edición, la número 39, la organización había limitado el recorrido y solamente estaba permitido el descenso entre Gerb y Balaguer. Así pues, la bajada que antes se solía desarrollar en dos días –sábado y domingo– quedó reducida a uno y se eliminó el clásico tramo entre Camarasa y Sant Llorenç de Montgai.

La fiesta comenzó a media mañana en Gerb, con un matineo musical en el campo de fútbol. Como novedad, los jóvenes del pueblo habían previsto una fideuá marinera para los tripulantes de las embarcaciones, que cogieron así fuerzas para la bajada. Una vez en el partidor de Gerb, las mangueras, los cubos y las pistolas de agua, así como los sombreros de paja –que eran la prenda estrella de esta fiesta, junto a los chalecos salvavidas– aliviaron un poco la sensación de calor. Los que no la podían aguantar se daban chapuzones en el río, incluso antes del pistoletazo de salida. Hidratar periódicamente los neumáticos que conformaban las embarcaciones era imperativo para que no pincharan en el adusto terreno de piedras. Algunos grupos que se estrenaban este año lucían una “L” de novatos para alertar de su inexperiencia. “¡Remad, hombre, remad! ¡Vosotros podéis!”, gritaba una miembro de la organización a una de las barcas que acababa de zarpar.

La primera embarcación llegó al parque de la Transsegre de Balaguer a las 17.15 horas. El resto la fueron siguiendo, primero a cuentagotas y luego, en pelotón. Lleida TV emitió en directo su llegada en un programa especial con Mariví Chacón y Josep Cambray. En el mismo parque les esperaba un tardeo electrónico con música DJ. Ya entrada la noche, la fiesta continuó en la canalización con los conciertos gratuitos de La Fúmiga, Band The Cool, Estopaos y Mon DJ.

Falta de voluntarios y sequía, los principales desafíos

En esta Transsegre, la participación se ha restringido a un máximo de 10 tripulantes por bote y a un total de 100 embarcaciones, en lugar de las habituales 200.

Esta no ha sido la única limitación que ha sufrido esta edición. “Las autoridades nos ponen cada vez más trabas burocráticas para acceder al tramo entre Camarasa y Sant Llorenç, ya que se trata de una reserva natural salvaje”, argumentó Gemma Guarné, presidenta de la organización de la Transsegre. “Nuestra pequeña asociación no puede asumir elaborar el plan de autoprotección que nos exige la administración”, añadió. La falta de voluntariado es una de las principales dificultades que sobrellevan y por eso, el nuevo formato de la fiesta “de momento, ha venido para quedarse”, aseguró Guarné. A pesar de que este año el caudal está en mejores condiciones que en 2023 (cuando no se celebró por la sequía), el ayuntamiento de Balaguer pidió más dotación de agua para que las barcas navegaran con mayor fluidez, según explicó la alcaldesa del municipio, Lorena González. La asignación de más caudal se autorizó sin problema, dijo.

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