COMARCAS
Sondean a cárnicas locales por el centro de carne de caza
Costará un millón de euros y tendrá capacidad para unos cuatro empleados
El ayuntamiento de La Pobla de Segur ha sondeado a las principales empresas cárnicas de la localidad para que se incorporen al proyecto del primer centro de procesamiento de carne de caza de Catalunya, que se impulsa cerca del matadero municipal, en un espacio donde actualmente se ubica la deixalleria, que se trasladaría. El alcalde, Marc Baró, explicó que tres cárnicas se han mostrado receptivas, y el consistorio confía en su implicación, después de conocer el proyecto ya redactado sobre el centro de tratamiento, que tendría un coste estimado de un millón de euros. Por este motivo, el ayuntamiento considera que para llevarlo adelante se requiere la colaboración público-privada y que la gestión corra a cargo de empresas del sector y preferiblemente de la zona.
El consistorio ha hablado también con los responsables de Vedat Pirineus, la empresa encargada actualmente de trasladar la carne de caza de Lleida al matadero de Sort, donde la prepara para transportarla a Soria o Extremadura para su procesamiento, que es lo que se prevé hacer en La Pobla. El primer edil señaló que deberán buscar también la financiación para desarrollar el proyecto y definir la gestión del centro. Baró considera que el emplazamiento es óptimo, ya que sitúa el centro aproximadamente a una hora y media tanto de Lleida como de Vielha.El futuro complejo podría dar servicio a la carne de caza no solo de Lleida, sino también de Huesca. El proyecto con el que trabaja el ayuntamiento estima que el centro de procesamiento contaría con unos cuatro trabajadores. Se trata de la respuesta a una vieja reivindicación el sector, cuya viabilidad comenzó a explorarse en La Pobla de Segur en 2018 a iniciativa de la sociedad público-privada Pallars Actiu tras recibir una subvención de la Diputación.
Los carniceros de Tremp buscan cómo conservar su artesanía culinaria
“El problema no es que no tengamos venta. Son negocios estables, pero no hay relevo generacional. Es un problema de continuidad pero no de falta de rentabilidad”, explica Jaume Badía, responsable de Casa Badía, una pequeña empresa de Tremp con 18 trabajadores que se dedica a la elaboración y venta de carnes de charcutería tradicional y platos combinados.Badía será el próximo 10 de abril uno de los ponentes de la jornada técnica sobre “La artesanía alimentaria en juego. El futuro de la carnicería y la charcutería en el Pirineo” que organizan el ayuntamiento de Tremp y la Escuela Agraria del Pallars con el objetivo de reflexionar sobre el futuro y el relevo generacional de esos sectores en las zonas de montaña.“No hay relevo en Tremp, ni en Lleida, y tampoco en Barcelona o en Madrid. Pero si no se dice no se sabe”, dice Badía. Eso en la capital del Jussà equivale a decir que el 80% de los responsables de las cuatro carnicerías-charcuterías del lugar se jubilan en el próximo lustro; en todos los casos, con escasas perspctivas de que vaya a producirse un relevo generacional al frente de los negocios.La falta de continuidad, que también se da en gremios como el de los panaderos, afecta en este caso a la conservación de un patrimonio gastronómico que incluye embutidos como el ‘xolís’, la ‘xirella’, el ‘gosset’ o el ‘farcit’ de carnaval y a salsas como el alioli de membrillo.“Hay productos cuya forma de elaboración tradicional se van a perder si cierran estos negocios. Nuestro gremio puede quedar muy mermado en cinco años”, pronostica Badía.Así, añade, uno de los objetivos de la jornada es “poner sobre la mesa un problema que afecta a toda la sociedad. No es solo que pueda cerrar un negocio, sino que con ello se va perdiendo la cultura gastronómica del país”.El programa incluye la intervención, entre otros, del carnicero Carles Català, que hablará sobre canales de venta y de información a través de las redes sociales y de internet.