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50 años y 30.000 sargentos en Talarn

La academia militar de Talarn cumple medio siglo con grandes cambios || Tiene menos personal y
las promociones son menores, pero conserva un peso social y económico relevante en el Jussà

La promoción de 2022 lanzando sus gorras al aire al finalizar la ceremonia de entrega de despachos a los nuevos sargentosMagdalena Altisent

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La academia general básica de suboficiales (AGBS) cumple esta semana 50 años desde su fundación en Talarn, el 31 de mayo de 1974. A lo largo de este medio siglo, el centro ha formado a unos 30.000 sargentos y se ha sometido a cambios. Ahora emplea a mucho menos personal civil que hace una década y sus promociones son más pequeñas, pero conserva todavía un importante peso social y económico en el Pallars Jussà. 

Primera jura de bandera en Talarn en 1975, con los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía y la bandera que Tremp regaló a la academia.Antoni Uriach Verdeny (archivos de la familia Uriach)

La presencia de militares en Talarn alcanzó su punto álgido cuando convivían en el municipio el campamento militar y la academia de suboficiales. El primero cerró con el fin del servicio militar obligatorio, mientras que la formación de sargentos en la academia se redujo drásticamente a partir de 2011. Ese año entró en vigor una reforma del plan de estudios por la cual los alumnos pasaron de recibir formación durante nueve meses en el Pallars Jussà a solo cuatro, entre septiembre y diciembre. 

La primera jura de bandera en el campamento militar, el 31 de mayo de 1959.Antoni Uriach Verdeny (archivos de la familia Uriach)

El número de cadetes también descendió, y quedaron atrás las grandes promociones que llegaron a superar el millar de personas. En la última década se ha estabilizado en alrededor de quinientas y nadie espera una vuelta atrás: la abolición de la mili dio paso a un ejército con menos personal, pero con mayor tecnificación y necesidad de formación. Ejemplo de ello es el hecho de que las maniobras en Talarn incluyen hoy en día ejercicios que simulan condiciones de guerra nuclear, química o bacteriológica. 

Los edificios en construcción para los que emplearon a reclutas, muchos de ellos albañiles.Antoni Uriach Verdeny (archivos de la familia Uriach)

El declive en la actividad de la academia y la crisis económica llevaron al Gobierno español, entonces en manos del PP, a plantear su clausura entre 2012 y 2013. En ese último año fue cuando el declive del centro tocó fondo, y pasó ocho meses sin impartir formación alguna. 

La amenaza de cierre provocó la movilización de vecinos, ayuntamientos e instituciones de la comarca y de la provincia en favor de la continuidad del centro de formación militar. No en vano, se había consolidado como un motor económico del Pallars Jussà. La Cámara de Comercio de Lleida calculó en aquel entonces el impacto económico de clausurarla en 28 millones de euros al año. Además de emplear a civiles, alumnos y docentes, supone ingresos en sectores como el inmobiliario (con el alquiler de pisos a militares y sus familias) y la hostelería, entre otros. 

Entrega de medallas del campeonato de judo en marzo.Subdelegación del gobierno en Lleida

En junio de 2013, el ministerio de Defensa confirmó que Talarn quedaría fuera de los recortes y la academia tomó un nuevo rumbo para asegurarse actividad la mayor parte del año. Desde entonces imparte cursos de idiomas y para acceder al rango de brigada y sargento mayor, y también es escenario de maniobras. Con todo ello reúne cada año más de un millar de militares. 

Sin embargo, una afluencia intermitente de alumnos a cursos intensivos requiere menos personal y recursos que una población estable durante la mayor parte del año. Esto hace que el impacto económico de la academia sea menor que el de antaño en la comarca, empezando por el empleo que genera. 

La plantilla de personal civil es cada vez menor. Así lo afirman fuentes próximas al centro, y el sindicato CSIF detalla cifras: solo 22 personas dedicadas a tareas administrativas y de limpieza, frente a unas 150 hace poco más de una década. La organización sindical añade que las jubilaciones no se cubren con nuevas contrataciones, y que avanza la externalización de servicios que antes se prestaban con personal propio, como la cocina o la cafetería. “Las empresas externas pagan salarios más bajos”, advierte CSIF. Defensa no ha respondido a preguntas sobre esta cuestión. 

Para aumentar presencia estable de alumnos en la academia (y con ella el alquiler de viviendas y el gasto en el comercio y la restauración local), el ayuntamiento de Tremp reclama que Talarn acoja cursos de especialización de larga duración, como los que imparten otros centros de formación militar en el resto de España. A ellos van los cadetes al terminar sus cuatro meses de formación inicial en el Pallars Jussà, y solo regresan a la comarca para unas maniobras finales, el Ejercicio Minerva, y la entrega de despachos. Este año, la ceremonia la presidirá el rey Felipe VI y será el acto central de la celebración del 50 aniversario.

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